Con la, Ica muestra una de sus caras más duras: la historia de , de 68 años, ex docente cesada, quien pasa sus días y noches en los asientos fríos de una agencia interprovincial del centro de la ciudad.

Abandono mayor

Bertha relató entre lágrimas que su único deseo es conocer el estado de salud de su hermano, internado en el hospital Félix Torrealva Gutiérrez. Desde la muerte de su cuñada, ella se hizo cargo de su hermano enfermo, y desde entonces su estado de salud se fue deteriorando. A pesar del abandono evidente, su compromiso con ese lazo familiar ha sido el motivo por el cual se resiste a aceptar ser llevada a un albergue.

Tras 25 días de seguimiento, funcionarios del Centro Integral de Atención al Adulto Mayor (CIAM) y de la Beneficencia de Ica acudieron al lugar donde suele permanecer, con la intención de brindarle asistencia y cobijo. Sin embargo, la mujer se negó a ser internada, argumentando que su prioridad es acompañar a su hermano. Las instituciones han iniciado las diligencias para verificar las declaraciones de la adulta mayor y conocer más sobre su situación legal y familiar.

Según versiones iniciales, Bertha tendría residencia en Parcona y un familiar en el sector Manzanilla, aunque estas afirmaciones fueron desvirtuadas por las primeras investigaciones del CIAM. A pesar de que está afiliada al sistema de salud y registrada como asegurada, su situación refleja una alarmante falta de seguimiento y asistencia directa en casos de abandono.

Desde la administración de la agencia donde se refugia ocasionalmente, señalan que no permanece allí de forma continua, aunque es recurrente verla en el lugar. Ante su negativa, las autoridades levantaron un acta, recordando que, según normativa vigente, no se puede obligar a una persona a ser internada contra su voluntad. El caso de Bertha refleja una realidad silenciosa que se agrava con las bajas temperaturas: adultos mayores solos, sin apoyo y aferrados a vínculos que muchas veces la sociedad ya no ve.

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