Un nuevo episodio de horror sacudió al distrito de Subtanjalla la noche del sábado 26 de abril, cuando serenazgo y vecinos descubrieron un cadáver abandonado en plena vía pública.
Asesinato Vengativo
El hallazgo se produjo en la cuadra 8 de la avenida Primavera, luego de que los incesantes ladridos de perros alertaran sobre movimientos extraños en la zona. Al llegar, los agentes encontraron un costal de tela que escondía una escena aterradora, estremeciendo a todos los vecinos.
Dentro del costal, atado con cinta de embalaje, yacía el cuerpo de un hombre de aproximadamente 30 años, de complexión robusta, barba prominente y varios tatuajes visibles en los brazos. Según las primeras indagaciones de la Policía Nacional del Perú (PNP), la víctima sería de nacionalidad venezolana. Lo más perturbador fue el mensaje dejado junto a él: “Por atrasador veneco con…”, una advertencia escrita de manera vulgar que apunta directamente a un crimen por venganza, posiblemente vinculado a conflictos personales o acciones delictivas previas.
La noticia del macabro hallazgo corrió como pólvora entre los vecinos, avivando el temor y la indignación en Subtanjalla. José Peña, residente de la zona, lamentó profundamente la falta de seguridad que azota al distrito: “No es la primera vez que ocurre algo así en Subtanjalla. Nos sentimos abandonados, a merced de los delincuentes”, expresó visiblemente consternado. Muchos vecinos también recordaron el asesinato de la enfermera Éricka Elizabeth Hernández Olivares, quien fue ultimada de un disparo en la cabeza meses atrás en el sector de Arrabales.
Agentes de la Policía Nacional y del Ministerio Público llegaron rápidamente al lugar de los hechos para acordonar la escena y proceder al levantamiento del cadáver. Según versiones preliminares, el cuerpo habría sido arrojado desde un vehículo en movimiento que habría ingresado desde el sector de Arrabales, una modalidad de crimen que sugiere la participación de bandas criminales organizadas.
El distrito de Subtanjalla, tradicionalmente conocido por sus atractivos turísticos, su producción vitivinícola y su entorno natural apacible, enfrenta ahora una dolorosa transformación. La violencia urbana ha ido ganando terreno, contaminando su reputación y generando un ambiente de constante zozobra. Dirigentes vecinales, como Leonidas Briceño, alzaron su voz para reclamar acciones urgentes: “Cada vez más pensamos en hacer justicia por nuestras propias manos. No podemos vivir bajo el miedo”, advirtió.
El alcalde de Subtanjalla, Jerónimo Farfán García, también se presentó en la escena del crimen, donde reconoció públicamente que el municipio enfrenta severas limitaciones legales y presupuestarias para hacer frente a la ola de criminalidad. Además, lanzó un llamado de atención a los propietarios de viviendas que alquilan sin regulación ni verificación previa, lo que estaría permitiendo que personas de dudosa procedencia se instalen en la zona. “Debemos ser responsables para evitar que la inseguridad siga creciendo”, sostuvo, remarcando la necesidad de reforzar los mecanismos de control y colaboración vecinal.
Farfán también informó que el vehículo desde donde habría sido arrojado el cuerpo podría haber quedado registrado en las grabaciones de las cámaras de videovigilancia instaladas en puntos estratégicos del distrito. Actualmente, el municipio cuenta con apenas 10 cámaras operativas, una cifra insuficiente para cubrir la totalidad del territorio. “Estamos trabajando para identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia”, afirmó, al tiempo que pidió al gobierno central mayor apoyo en materia de seguridad.
Mientras tanto, Subtanjalla permanece en un estado de alerta permanente. Sus habitantes, marcados por el miedo, la desconfianza y la indignación, viven cada día pendientes de nuevos hechos de violencia. Conscientes de que un solo crimen puede desatar una espiral de terror, claman porque este asesinato no quede impune y exigen que las autoridades actúen antes de que el distrito, antaño pacífico y acogedor, termine por convertirse en un campo de batalla de las mafias.
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