La tranquilidad de Cocharcas Alto, un alejado se ve interrumpido por el polvo. La contratista de una obra vial en la zona, lo ha dejado inconclusa. A (55) le molesta porque ensucia su pequeña tienda que ha armado a un costado de la carretera.

Desde este lugar levanta la manos con bolsas llenas de humitas y los ricos kituscos, cada vez que un carro pasa a toda velocidad y deja un ambiente nuboso por el polvillo. De igual forma se ven fastidiados los propietarios de una chicharronería del costado.

También deben lidiar con la falta de agua potable. Reciben apenas una hora de este servicio a la semana. En cilindros y cualquier otro recipiente deben llenarlas y tener mucho cuidado en su uso. Es posible quedarse sin ella por varias semanas.

Los kituscos elaborados a base de yuca, previo a ello molidos de forma manual, ha sido el sostén de María Luisa tras la reactivación económica post pandemia.

Los viernes, sábado y domingo tienen alta demanda. Los compradores son los viajeros a los anexos de la zona alta del distrito iqueño. “Los que van a Santiago de Chocorvos, Huirpacancha, Tingo son los que paran y nos apoyan”, dice la mujer.

En el Día de la Madre seguirá con la venta de su producto bandera: los kituscos que llevan un rico olor del anís. Posiblemente le visiten sus dos hijos mayores para pasar el día. Ella vive con sus “papitos” que todavía reflejan mucha vitalidad.

Mientras su madre, también ofrece el producto emblemático, su padre, un poco distante sentado sobre una banca hecho de madera observa el seco huerto del frente. Hace cuatro años que hay sequía. Hasta las tunas languidecen.