Una nueva intoxicación masiva en el fundo Frutícola del Sur, ubicado en el distrito de Santiago en la provincia de Ica, ha vuelto a poner en evidencia las precarias condiciones de seguridad en las que laboran miles de trabajadoras del sector agroexportador. Hasta 62 personas resultaron afectadas mientras realizaban labores de cosecha de arándano, por la exposición a un fungicida aplicado (Difenazol), sin las medidas de precaución necesarias.
Vidas en riesgo
La emergencia ocurrió en medio de la jornada de trabajo del fundo de la empresa Athos, cuando varias mujeres comenzaron a sentirse mareadas, con náuseas y dificultades para respirar. Algunas se desvanecieron en pleno campo, en zonas alejadas de la central del tópico, lo que obligó a sus propios compañeros a socorrerlas y organizar su traslado hacia los hospitales más cercanos. La desesperación fue total: los testigos describen escenas de confusión, llanto y pánico mientras esperaban ayuda médica.
Los afectados fueron trasladados principalmente al Hospital Félix Torrealva Gutiérrez y al Hospital Augusto Hernández Mendoza, donde los equipos de salud atendieron a decenas de pacientes con síntomas de intoxicación. La Red Asistencial de EsSalud Ica, informó que todos presentaban signos compatibles con la inhalación de fungicidas agrícolas, entre ellos dolor de cabeza, vómitos, sudoración y calambres.

El caso ha generado una ola de indignación entre los trabajadores del campo y las organizaciones laborales de la región, que denuncian que este tipo de incidentes se ha vuelto “casi rutinario” en varias empresas agroexportadoras de Ica. Frutícola del Sur ya había sido señalada anteriormente por el uso inadecuado de químicos, pero las sanciones (si las hubo), no lograron evitar que la historia se repita.
Ante esta situación, se exigió la inmediata intervención de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) para que realice una investigación rigurosa y sancione con severidad a los responsables.

Diversos colectivos laborales piden, además, que no solo se limite a inspecciones superficiales, sino que se establezcan medidas permanentes de fiscalización y prevención, ya que las intoxicaciones por plaguicidas se están volviendo una alarmante constante en la agroindustria de la región.

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