Con pancartas, gritos de protesta y el perrito “Frezzer” en brazos, un grupo deprotestó frente a la Municipalidad Provincial de Ica para exigir justicia tras la presunta ocurridos en el centro antirrábico de la ciudad.

Justicia por el can

La activista Janet Fernández relató que el dueño del can llevó a su mascota al centro municipal para un tratamiento de tres días, sin obtener mejoras. Fue entonces cuando un trabajador del establecimiento, conocido como “Lito”, quien no sería veterinario titulado, sugirió aplicar eutanasia. El procedimiento, según el acuerdo, incluía el entierro del animal, pero en lugar de ello, fue arrojado bajo los efectos de anestesia como desecho. Solo la intervención de un mototaxista impidió que el perro fuera triturado por un camión recolector.

Durante la protesta, otra denunciante, identificada como Maissa Castillo, quien aseguró haber colaborado por ocho años con ese centro, afirmó que actualmente el lugar funciona como una perrera improvisada. Según su testimonio, personas abandonan allí a sus mascotas a cambio de un pago, sin ningún tipo de protocolo clínico ni seguimiento. Además, señaló que los animales permanecen hacinados, sin protección contra el clima y sin alimento garantizado.

Los manifestantes apuntaron su crítica también hacia la municipalidad y la Dirección Regional de Salud, por la falta de supervisión y el incumplimiento de funciones en el cuidado animal. Recordaron que, pese a los compromisos asumidos en campaña por el alcalde Carlos Reyes, la promesa de una veterinaria municipal no se ha concretado.

Exigieron la intervención de la Fiscalía de Prevención del Delito, para verificar el estado real de este centro y esclarecer si existen responsabilidades penales o administrativas en el caso de “Frezzer”. También apelaron a la Ley N.º 30407 de Protección y Bienestar Animal, que sanciona el abandono, negligencia y actos crueles contra los animales.

Las organizaciones animalistas demandan un compromiso real del gobierno local y regional para la creación de un albergue digno, con personal especializado y protocolos técnicos, que garantice el respeto por la vida animal. “Frezzer” se ha convertido en el símbolo de esta lucha.

VIDEO RECOMENDADO