Investigada por no dictar prisión contra activista
Investigada por no dictar prisión contra activista

El artículo 128 del Código Procesal Penal dice: “Cuando se ignore el lugar donde se encuentre la persona que deba ser notificada, la resolución se hará saber por edicto que se publicará en el diario oficial de la sede de la Corte Superior, sin perjuicio de las medidas convenientes para localizarlo”.

Es este artículo que la jueza Patricia del Rosario Bejarano Tuesta, del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Nasca, habría olvidado, motivo por el cual la Oficina Desconcentrada de Control de la Magistratura (ODECMA) Ica le abrió investigación preliminar.

El pasado 11 de diciembre, la fiscal provincial penal de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Nasca, Patricia Begazo Villanueva, planteó al despacho de Bejarano Tuesta la prisión preventiva contra Mauro Nicolás Fernández por el delito contra el patrimonio cultural en la modalidad de atentado contra monumentos arqueológicos.

Nicolás Fernández de nacionalidad argentino fue uno de los poco más de 20 activistas de la ONG ambientalista Greenpeace que ingresaron al geloglifo el Colibrí para protestar.

RECHAZO DE PEDIDO. Al día siguiente de la solicitud de prisión, la jueza Bejarano Tuesta devolvió el expediente porque no cumplía con un requisito indispensable: la dirección domiciliaria del imputado.

La decisión de Bejarano Tuesta es actualmente analizada por la ODECMA Ica y todo indica que habría indicios para sancionarla.

La prisión preventiva era procedente ya que existía peligro de fuga, toda vez que no tenía arraigo familiar, tampoco laboral ni domiciliario. La detención del activista argentino se habría ejecutado si se tenía en cuenta el Art. 128 del Código Procesal Penal, que señala de forma clara que al no conocer la dirección del imputado, sería notificado a través de un edicto publicado en un diario oficial.

LA DENUNCIA

POLICIAL. El lunes 8 de diciembre, al promediar las 7:30 de la noche, el arqueólogo de la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura de Nasca Alberto Urbano Jacinto acudió a la Comisaría de dicha provincia para formalizar la denuncia.

¿Pero quién lo vio primero? Fue la propietaria de un restaurante, Liliana Huamán Llamosas, que informó al arqueólogo sobre las fotografías que ya se habían viralizado en Facebook. La directora regional de Cultura de Ica, Ana María Ortiz de Zevallos Madueño, ordenó la formalización de la denuncia.

Para ello también fue importante la declaración del piloto Eduardo Herran Gómez, protector de las Líneas de Nasca, quien identificó a Mauro Nicolás Fernández.