, el embarazo infantil sigue marcando cifras preocupantes. Entre el 2024 y lo que va del 2025, al menos 52 niñas entre 11 y 14 años se han convertido en madres. Todas ellas fueron víctimas de violencia sexual

Infancia truncada

Según el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV) del Ministerio de Salud (Minsa), solo en el 2024 se contabilizaron 29 partos de niñas menores de 14 años, quienes sufrieron episodios de violencia y abuso sexual, conllevando a las maternidades no intencionales, mientras que en los primeros meses del 2025 ya se han registrado 23 nuevos casos. La tendencia, lejos de disminuir, se mantiene constante y alarmante.

Los datos revelan que cada mes, niñas que aún deberían estar en la primaria o empezando la secundaria, se convierten en madres producto de abusos sexuales. Las consecuencias son múltiples, pero uno de los impactos más directos es la deserción escolar: 7 de estas niñas dejaron la primaria, 9 solo la completaron, y al menos 32 están en riesgo de abandonar la secundaria, ya que el ser madre a tan temprana edad, podría conllevarlas a condiciones de vida de exclusión y pobreza que pueden transmitirse a las siguientes generaciones.

El embarazo forzado en niñas de 11 a 14 años no es nuevo en Ica, pero los números de la última década evidencian la persistencia del problema. Entre 2015 y 2025, se han registrado 382 niñas madres en este rango de edad solo en esa región.

El año 2022 marcó el pico más alto en Ica con 50 niñas madres. En el 2019 se registraron 33; en el 2020, durante la cuarentena por la pandemia, la cifra fue de 28; en 2021, se elevaron a 35; y en 2023, se reportaron 39 nuevos casos. La tendencia no ha mostrado un descenso sostenido.

Los embarazos en las niñas y adolescentes no fueron planificados, ya que se indica que muchos de los casos fueron reportados por abuso sexual, también las menores iniciaron vida sexual activa sin conocer la implicancia en la dimensión real como la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. La problemática es a nivel nacional, en la última década (2015-2025), en todo el Perú 13 mil 277 niñas de 11 a 14 años son madres, y en todo el 2025 fueron 682 menores de 14 años que son progenitoras.

El artículo 173 del Código Penal peruano establece que toda relación sexual con una menor de 14 años constituye violación sexual, sin importar las circunstancias. No obstante, la mayoría de estos casos no llegan a una sanción efectiva, y muchas veces las niñas conviven con sus agresores, especialmente en contextos de pobreza o aislamiento.

La Defensoría del Pueblo ha reiterado que estos embarazos comprometen la salud física y mental de las víctimas. Pese a ello, los sistemas de justicia y salud aún presentan fallas graves en la prevención, atención y seguimiento de estos casos.

Más allá de las cifras, se trata de infancias interrumpidas abruptamente. Niñas que deberían estar jugando, estudiando y desarrollándose, enfrentan maternidades no deseadas, muchas veces sin apoyo ni recursos. En paralelo, el acceso a educación sexual integral y a servicios de salud reproductiva sigue siendo limitado, especialmente en zonas rurales o con menor presencia estatal.

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