Máximo Napa Castro, el pescador que estuvo a la deriva en altamar por más de 90 días, finalmente pisó suelo pisqueño la noche del sábado 15 de marzo. Su llegada a la calle España, en el distrito de San Andrés, estuvo marcada por un emotivo recibimiento de sus familiares, vecinos y compañeros de oficio, quienes lo recibieron con pancartas y abrazos interminables.
Supervivencia extrema
Tras el emotivo reencuentro, Napa Castro compartió detalles de su lucha por la supervivencia en altamar. Aseguró que su fe en Dios y el recuerdo de su familia fueron su mayor motivación. “Me quedaba cinco días sin comer, luego seis, después 15 días sin probar agua ni alimento. Pero nunca perdí la fe. Gracias a Dios y a una tortuga que me permitió beber su sangre, estoy aquí con ustedes”, relató.
El pescador explicó que en los últimos días de su naufragio apareció una tortuga que le dio una oportunidad de seguir con vida. “Cuando estaba agonizando y sin fuerzas, apareció la tortuga. La atrapé con mis últimas energías y le corté la yugular para beber su sangre. Eso me mantuvo un día más. También intenté comer cucarachas, aunque me daban ganas de vomitar, pero sabía que tenía que sobrevivir”, narró.
En el día 95 de su odisea, un helicóptero ecuatoriano lo avistó y coordinó su rescate con un buque cercano. Napa fue llevado a tierra firme, recibiendo asistencia médica en Paita antes de reencontrarse con su familia en Pisco. Durante su llegada, sus seres queridos celebraron su cumpleaños, pues pasó la fecha en altamar. Con humor, la torta del festejo tenía imágenes de tortugas y cucarachas, en referencia a los sacrificios que tuvo que hacer para mantenerse con vida.
En su regreso, el pescador también expresó su gratitud a los medios de comunicación que siguieron su historia. “Le doy gracias a Dios y a todos los que se preocuparon por mí. He pasado de todo, pero nunca dejé de confiar. Cuando ya estaba a punto de derrumbarme, siempre llovía”, manifestó. Además, aseguró que, al ser rescatado, vio el rostro de Jesucristo junto a su salvador, el rescatista ecuatoriano Wilson.
La Marina de Guerra del Perú confirmó que Napa Castro fue encontrado por un buque ecuatoriano a 388 millas de la costa, en aguas internacionales frente a Chimbote. Luego de recibir atención médica en Paita, viajó a Lima, donde fue recibido por su hija Inés Napa, con quien emprendió el último tramo de su regreso a Pisco para reunirse con el resto de su familia.
Ahora, Máximo Napa Castro planea compartir su testimonio de vida y fe con otras personas. Su historia, marcada por la resistencia y la esperanza, es un ejemplo de la lucha por la supervivencia en condiciones extremas. Mientras se recupera junto a sus seres queridos, su experiencia quedará grabada como una de las más impactantes en la historia de los pescadores peruanos.
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