Desde las 7 de la noche del viernes, cientos de personas se empezaban a congregar en las afueras de la iglesia Santo Domingo de Guzmán, aguardando la salida del Señor Crucificado de Chincha. A las 8 y 30 pm, las puertas de este recinto religioso se abrían para dar paso a la sagrada imagen, que daba inició a su recorrido procesional, en una algarabía de palmas, desde los edificios adyacentes, hasta todo el entorno que rodeada el paso del anda.

Las autoridades municipales, fueron los primeros en rendir homenaje al Señor Crucificado, que al proseguir su procesión fue conducido en hombros por el alcalde provincial César Carranza Falla, algunos de sus regidores y funcionarios de su concejo. Las pintorescas alfombras de flores, a lo largo de las calles, por donde iba el recorrido, eran muestra del aprecio que se le tiene al cuidador de los chinchanos, que en Semana Santa, despertaba la fe devoción en muchos incrédulos.

Con la vigilancia permanente de la policía y de los serenos de Chincha, el Señor Crucificado cumplía su travesía y al llegar las 10 de la mañana de ayer, aparecía por la 1era cuadra de la calle Santo Domingo. En la Plaza Mayor, la Virgen de los Dolores, esperaba la llegada para poder guiar el último tramo de esta marcha religiosa, seguida por miles de chinchanos, a pesar del frio de la noche y del ardiente sol de la mañana.

Antes de ingresar, la sagrada imagen del Señor Crucificado de Chincha, permaneció unos minutos en el corazón de la provincia, para que pueda ser apreciado, tocado y elevar a su altar a los niños.

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