El accidente sucedido en la “curva del diablo”, en Pasamayo, causó hondo pesar en el corazón de la familia Sotelo. Raúl Sánchez Sotelo es uno de los 52 fallecidos en este siniestro.
Él era estudiante de ingeniería industrial e hijo de madre chinchana y viajaba en el bus de la empresa San Martín de Porres que cayó a un abismo a la altura del kilómetro 19 de la carretera Panamericana Norte, en la zona del serpentín de Pasamayo.
Raúl regresaba a Lima luego de haber celebrado el Año Nuevo en la ciudad de Huacho. Él viaja en el asiento 51, acompañado de su enamorada, Fiorela García Bautista, quien venía en el asiento contiguo.
Al enterarse de la fatalidad, los familiares de la víctima, que radican en la primera cuadra de la Av. América, en Chincha Alta, viajaron de inmediato hacia el norte del país para despedirse del joven estudiante que estaba a pocas semanas de cumplir 21 años.