Ascope, la importante ciudad del valle Chicama, que a comienzos del siglo XX ejerció un notable liderazgo económico, social y cultural, adquiere actualidad a través de un hermoso libro publicado por iniciativa de Jorge Baanante Murgia, hijo del conocido hombre de negocios Enrique Baanante Alva, preclaro hijo de la mencionada provincia y amigo muy cercano del poeta Marco Antonio Corcuera, autor de este valioso libro.
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CONTENIDO
“Ascope, otero del valle Chicama”, comprende el desarrollo de importantes aspectos a manera de capítulos: Discurso del autor del libro con motivo del fallecimiento de su entrañable amigo Enrique Baanante, Panorama y tradición, Origen de Ascope, La antigua zona de influencia de Ascope, Relatos de tradición oral, La categoría de provincia, Escritores, artistas y símbolos humanos, Muestra poética e Importancia cultural de Ascope.
En las palabras iniciales escribe el autor: “Este trabajo no debe confundirse con una monografía, ni siquiera con una semblanza sobre su historia; se trata de una apreciación meramente literaria: el acercamiento, la contemplación y la reflexión sobre un lugar recordado que mantuvo y mantiene aún lazos fraternos con nuestra tierra, Contumazá.”
El subtítulo de la obra designa un carácter geográfico primordial: “cerro aislado en una llanura”.
ORIGEN DE ASCOPE
Según informaciones de uno de los hijos más distinguidos de la provincia, José Landauro Valentini, en su monografía “Ascope, ciudad de cortesía y de leyenda”, Ascope fue edificada en un terreno seco al pie de los contrafuertes de la cadena occidental de la Cordillera en el siglo XIX, en lo que fue la antigua hacienda Troche, en la ruta hacia Cajamarca, en el camino que recorrieron los chimúes y después los españoles.
Posteriormente se libraron tensas luchas para adquirir la propiedad de sus tierras, primero como aldea; después, como pueblo. Entonces se enfrentó a Casagrande, que la castigó con el exterminio, privándola de sus aguas y de sus tierras”.
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LAS CATEGORÍAS DE DISTRITO Y PROVINCIA
Según referencias del Licenciado Feijoó y Sosa, Corregidor y Juez Mayor de Trujillo, a mediados del siglo XVIII Ascope (el nombre debió ser de algún tributario del cacique Chima de Cao) era parte de la hacienda Facalá, de don Manuel Tinoco y Cavero, pero al ser expulsados de este fundo fueron acogidos en Troche, donde se desarrollaron hasta conventirse en un pueblo.
La lucha emprendida por don José Jacinto Ledesma logró su reconocimiento como distrito en 1846 durante el gobierno de Ramón Castilla; más tarde, el 31 de mayo de 1984, durante el gobierno de Fernando Belaúnde Terry, fue reconocida como provincia.
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“TIERRA DE CORTESÍA Y DE LEYENDAS”
Como lo explica José A. Landauro en su “Monografía de la ciudad de Ascope”, la hermosa denominación se debe al notable poeta tarmeño radicado en Lima el calificativo que mejor identifica a la importante provincia. Las palabras del autor así lo confirman: “Guardo una gratísima impresión de Ascope como tierra de cortesía y de leyendas, como me place apellidarla, donde viví varios días, gracias a la fraterna hopitalidad de los esposos Gálvez – Ferreyros”. Entre las más vivas atracciones de Ascope, estuvo para mí la cortesía de sus gentes, que me saludan con cortesía, me saludan con gracia, atienden con cortesía, obsequian y atienden sin alardes (…) No es por alarde verbal ni por afán retórico, por lo que he bautizado Ascope como tierra de cortesía y de leyendas”.
IMPRESIÓN DE SUS PROPIOS BILLETES
Signo de sobresaliente valor, clara revelación del desarrollo económico alcanzado por Ascope y de gran importancia en todo el norte del Perú lo constituye el hecho de que en la provincia se imprimieron sus propios billetes. El texto lo menciona expresamente: “Banco del Valle Chicama impreso por la American Bank Note Company, con las denominaciones de 1/5 de sol, ½ sol, 1 sol, 5 soles y 50 soles”.
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RELATOS DE TRADICIÓN ORAL
La importante obra recoge también un puñado de relatos de leyendas, mitos y relatos populares, en cuyo conjunto, se pueden mencionar: “Los tesoros ocultos de Cuculicote”, “El indiecito del cerrillo”, “El gallo de la encañada”, “Los buscadores de riqueza de Cuculicote”, “El ojo del brujo”, “La alforja con maíz de oro”, “El castigo de los compadres”, “El niño y la duenda”, “El triunfo de San Bartolo” y otros relatos que deben aprovecharse en la educación de las nuevas generaciones, especialmente de la respectiva provincia, para contribuir a la afirmación de la identidad cultural.
ESCRITORES Y ARTISTAS
Asimismo, la mencionada obra incluye una relación de notables personalidades de la historia, la literatura y la cultura, en cuyo conjunto sobresale, por ejemplo, la trayectoria y producción de Alcides Spelucín, el extraordinario poeta de “El libro de la nave dorada”, distinguido miembro del Grupo Norte y sagaz crítico de la poesía de César Vallejo; el poeta Francisco Xandoval (cuyo nombre real fue Francisco Arturo Sandoval Bustamante); el fecundo e incomparable prosista Teodoro Rivero-Ayllón, gran difusor de la cultura de su comunidad. También es de extraordinario mérito el hecho de que, debido a la importancia de Ascope a comienzos del siglo XX, el poeta iqueño Abraham Valdelomar desarrolló allí unas conferencias y recitales para la población, los trabajadores y los niños, como también lo hizo en Trujillo, Pacasmayo, Cajamarca y otras ciudades.
La valiosa obra también ofrece una imagen y panorama de destacados ascopanos en diferentes aspectos de la actividad cultural, histórica, arqueología y creación musical, como se puede apreciar en la siguiente relación: “Las primeras composiciones de Alcides Carreño se hicieron en Malabrigo o Puerto Chicama” (Félix Alvarez Sánchez), “En Trujillo nació Dios” (Domingo Macchiavelo), “La ascopana” (domingo Macchiavelo y Sebastián Silva), “Posibilidades culturales de Ascope” (Ricardo Morales Gamarra).