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Escrito por: Alonso Gordillo
Desde el 16 de marzo los video pubs, licorerías, locales nocturnos, billares y empresas dedicadas a la fabricación de calzado y a su exportación tuvieron que cerrar sus puertas a la fuerza por la pandemia que lleva el nombre de coronavirus. Sus propietarios, por un momento, estuvieron devastados por el golpe, pero como se dice, “el peruano es ingenioso y emprendedor”: se reinventaron y convirtieron sus antiguos negocios en venta de abarrotes y productos de primera necesidad.
RENOVADOS. El “Video Pub Chino’s de Húsares”, hasta antes de que se decrete el estado de emergencia, era uno de los locales más concurridos de la ciudad de Trujillo. Pero por estos días tuvo que desmontar sus sillas y mesas y, en medio de la pista de baile, colocó mostradores para colocar abarrotes y víveres de primera necesidad, además de sus ya conocidos licores. Pero todo es para recoger o llevarlo vía delivery.
“Esta pandemia nos afectó mucho porque nos sorprendió. Muchos tenemos préstamos, alquilamos local y tenemos familia. Pese a esta noticia nos lavamos la cara, nos reinventamos y desde el 15 de mayo decidimos convertir el pub en un minimarket. Es la única manera de poder sobrevivir”, contó Alonso.
El Chino’s de Húsares hace 15 años nació como una tienda y luego cambió de rubro y llegó a tener tres locales donde los trujillanos acudían para pasar un momento grato, pero por el coronavirus tuvo que quedarse con solo uno. “El local de Húsares lo cerramos porque se volvió en una zona peligrosa. Luego tuvimos dos locales en el óvalo Larco, pero uno se tuvo que cerrar porque no se llegó a un buen acuerdo por el alquiler. En donde nos quedamos nos han reducido en un 70% el alquiler”, finalizó.
de calzado a supermercado. “Don Santi Supermercado Virtual” nace por la misma necesidad de una familia que por muchos años se había dedicado a la exportación de calzado a Ecuador y que por el Covid-19 tuvo reinventarse.
“Tuvimos que adaptarnos a lo que por este tiempo la gente necesita. Y sabíamos que lo que se necesita son los alimentos y decidimos hacer este supermercado virtual en donde ofrecemos carnes, frutas, productos lácteos, comida para mascotas, entre otros productos”, sostuvo la ingeniera industrial Josselyn Galindo Sánchez.
El valor agregado que les ofrece a sus clientes es que es personalizado y lo llevan hasta la puerta de su casa. “Los pedidos son un día antes porque queremos que todo le llegue fresco a las familias que nos prefieren. No guardamos ningún producto, por el contrario, nosotros los lavamos, desinfectamos y embolsamos. Cumplimos con todos los protocolos de higiene”, añadió.
MESA SERVIDA. En la cuadra 10 de la avenida El Ejército, hasta hace tres meses existía el billar “Kenny”, el que era muy concurrido por jóvenes que estudiaban en una conocida universidad que queda por la zona, pero que por coyuntura que se vive tuvo que cambiar de rubro y hoy es un minimarket.
Parece raro, pero ahora las mesas de billar ya no sirven para jugar, sino para poner todos los productos que le ofrecen a su clientela.
“Desde hace un mes, junto a mis hermanos, hemos tenido que cambiar de rubro. Estábamos pasando momentos muy complicados porque las mesas de billar no se podían utilizar y así que optamos por vender abarrotes y hacer delivery con precios muy cómodos”, manifestó Kenny Guevara.
Ante este nuevo “boom” en los negocios, el presidente del Instituto de Economía y Empresa, Francisco Huerta, indicó que los dueños tienen la necesidad de diferenciarse y cada vez llevar un producto de mayo calidad.
Los tiempos, como se ve, son duros. Pero la capacidad de reinvención también es grande.