Un joven bastante enamorado sorprendió a los transeúntes en la plaza de armas de Trujillo, pero sobre todo a su novia, cuando de un momento a otro trajo mariachis y un peluche para que en ese mismo instante, y en presencia de decenas de personas, le pida matrimonio a la que considera la mujer de su vida.
Con ramo de rosas en mano y un oso de peluche el enamorado se acercó a su novia y después de arrodillarse, sacó el anillo de compromiso y le pidió a su pareja unir sus vidas en matrimonio.
Los mariachis, entonando una canción romántica, pusieron el marco perfecto a esta solicitud. La novia, bastante emocionada, aceptó la propuesta de su joven enamorado y al público presente solo le quedó aplaudir y desearle lo mejor a esta futura paraje de esposos.