Detrás de la basura
Detrás de la basura

A mediados de febrero del año pasado, la empresa Veolia proclamaba -exultante y auspiciosa- su consolidación en el país a través de una nota del diario El Comercio que llevaba el siguiente titular: “Veolia busca concretar cuatro grandes proyectos en el 2018”.

Entre esos cuatro grandes proyectos, por supuesto, estaba incluido el del recojo de basura en Trujillo, que en la ciudad había sido anunciada con bombos y platillos y contra viento y marea -pero también exultante y auspicioso- por el mismo alcalde Elidio Espinoza.

Janis Rey Lozada, country manager de Veolia Perú, era quien declaraba para la referida y nota y se expresaba así sobre el proyecto promisorio en Trujillo: “El contrato con el Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat) es nuestra carta de presentación en el rubro de limpieza pública en el Perú. Es un trabajo que ya realizamos en el centro de Londres y en varios distritos de París y que queremos replicar en Arequipa y Lima”.

Un año después, la carta de presentación se le cayó y al parecer terminó en el tacho de basura sin ser recogida. El Consorcio Trujillo Limpio pateó el tablero a sabiendas de que ya no iban a contar con sus servicios y se viene el diferendo entre la comuna y la empresa.

El actual alcalde Daniel Marcelo ahora deberá afrontar este entuerto, y los ojos de la ciudadanía ya están puestos sobre él y su gestión. Paciencia es lo que menos sobra cuando se trata de la basura, esa que tantos malos momentos nos hizo pasar durante la gestión anterior liderada por Elidio Espinoza. Pero aquí hay algo que no podemos soslayar ni tirar como basura debajo de la alfromba: ¿quién nos metió en este lío?, ¿quién tuvo la irresponsabilidad de concretar un contrato a todas luces perjudicial?

Trujillo tuvo que pagar la incapacidad de la gestión de Elidio Espinoza con un contrato impagable, porque eso se lo advirtieron desde todos lados al exalcalde. Las entidades pertinentes también se lo advirtieron. Pero el hombre se puso gallo y se puso terco, ya sabemos cómo. Y culminó la faena y cerró el contrato en medio de las críticas.

El acuerdo ya está bajo la lupa de la Contraloría, pero probablemente el consorcio -como tantas veces ha ocurrido- termine llevándose más plata salida de los bolsillos de todos los trujillanos. No olvidemos por culpa de quién será.

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