La presidenta de la República llegó ayer a Pataz y exhortó a los altos mandos militares y policiales dar la “batalla final” contra el crimen organizado y la minería ilegal.
La presidenta de la República llegó ayer a Pataz y exhortó a los altos mandos militares y policiales dar la “batalla final” contra el crimen organizado y la minería ilegal.

En el campamento minero de Hualanga - La Poderosa, en la provincia de Pataz, la presidenta de la República, , exigió ayer resultados exitosos a los altos mandos militares y policiales que están al frente del comando unificado que se encargará de combatir a organizaciones criminales y a la minería ilegal que está dejando una estela de muerte y terror en esta zona de la región La Libertad.

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“A ustedes más de mil soldados de la Patria, todo mi respaldo y lealtad, para que juntos, unidos en un solo corazón, como patriotas que somos, demos la batalla final contra el crimen organizado.

Hay que dar cumplimiento a la declaratoria de estado de emergencia y lograr resultados exitosos e inmediatos en la lucha contra la criminalidad”, recalcó la mandataria.

Suspensión de derechos

Ayer empezó a regir el toque de queda en Pataz. Este va desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana.

Durante la inmovilización se suspenden actividades mineras por 30 días y solo se permitirán continuar trabajos esenciales como salud, limpieza pública, telecomunicaciones, seguridad, entre otras.

Es importante precisar que en Pataz hay actualmente mil agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) y 500 de las Fuerzas Armadas. Ellos tienen la complicada labor de incursionar en bocaminas y socavones que estarían tomados por mineros ilegales y delincuentes, muchos de ellos armados con fusiles y dinamita.

Malestar

Al enterarse de que la presidenta Dina Boluarte iba a llegar a Pataz, mineros artesanales y otros pobladores esperaron por horas a la mandataria, pero cuando esta llegó no se reunió con ellos.

Se supo que la población quería exigir explicaciones y respuestas por el asesinato de 13 agentes de seguridad de una empresa minera que brindaba servicios a la compañía Poderosa. Sin embargo, Boluarte los ignoró y esto generó el malestar en los habitantes de la zona.

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