En el distrito de Víctor Larco, asesinaron a un joven empresario; y en La Esperanza, a un padre de familia mientras tomaba gaseosa.
En el distrito de Víctor Larco, asesinaron a un joven empresario; y en La Esperanza, a un padre de familia mientras tomaba gaseosa.

Nada parece frenar la ola de violencia en la , donde dos hombres fueron asesinados, el último viernes, a balazos en manos de delincuentes. Las víctimas mortales son un empresario que salía de un gimnasio en el distrito de Víctor Larco Herrera y el otro, un padre de familia que se encontraba tomando gaseosa en los exteriores de un supermarket en La Esperanza.

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SIN COMPASIÓN

La tarde del último viernes, al promediar la 1:42 p.m., Benjamín Gutiérrez Quintanilla (29) se encontraba por la cuadra 5 de la avenida Fátima de la urbanización California, en el distrito de Víctor Larco Herrera; pero, al momento que iba a abordar su moderno automóvil apareció un sicario vestido con un buzo de color negro. El criminal apretó el gatillo en cuatro ocasiones y luego huyó en una moto lineal de la zona.

Gutiérrez Quintanilla cayó al piso y siendo auxiliado por algunos transeúntes que se encontraba por esta avenida muy transitada.

El promotor de eventos en Trujillo fue llevado de emergencia hasta una clínica que se ubica a unas cuadras y recibió la atención médica. La víctima presentaba cuatro impactos de bala: dos en el cráneo, uno en el pecho y otro en el rostro.

A pesar de los esfuerzos del personal médico, las graves heridas no permitieron revertir su estado delicado y falleció la noche del viernes.

El personal de Criminalística de la División de Investigación Criminal (Divincri) Trujillo llegó hasta la escena del crimen y recogieron los casquillos de bala. Además, verificaron las cámaras de seguridad de los locales comerciales que se ubican en el lugar y así poder identificar al sicario.

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A SANGRE FRÍA

La noche del viernes, en el distrito de La Esperanza, Quiliche Campana estaba junto a un amigo compartiendo una gaseosa en los exteriores de un supermarket que se sitúa en la cuadra 4 de la calles Los Laureles; sin embargo, aparecieron en una motocicleta dos hampones que dispararon a matar.

Producto del ataque, Campana recibió siete impactos de bala en diversas partes del cuerpo. Tras el atentado criminal, lo trasladaron hasta un nosocomio de la jurisdicción, pero el médico de turno solo certificó su deceso.

Al lugar llegó personal de serenazgo de La Esperanza y del Escuadrón de Emergencia. Luego, agentes especializados de la Policía Nacional del Perú (PNP) recogieron nueve casquillos de bala.

Del joven se conoce que deja un hijo de 8 años en la orfandad. Además, algunos amigos indicaron que la víctima mortal habría estado recibiendo amenazas de unos ciudadanos colombianos que le cobraban un préstamo bajo la modalidad “gota a gota”, que debió haber pagado el último lunes.

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