El futuro de la Feria Internacional del Libro de Trujillo (FILT)
El futuro de la Feria Internacional del Libro de Trujillo (FILT)

La sétima edición de la  terminó ayer y, aunque la municipalidad de la provincia la ha organizado en los tres útimos años consecutivos de manera directa, con el aval normativo de una ordenanza aprobada, lo cierto es que algunos vemos con incertidumbre el futuro de esta fiesta de la cultura.

Es verdad: la FILT no ha alcanzado todavía el nivel de organización y expectativa que muchos desearíamos. En esta edición que acaba de finalizar se cayeron varios nombres que habrían animado más sus presentaciones. La oferta libresca todavía tiene vacíos por llenar. Y, sin embargo, se ha retomado desde la función pública un reto que no es sencillo, se le ha dado continuidad y, hasta diría, se ha recobrado cierto ambiente festivo cultural en una zona que había sido condenada al olvido, alejada de tiempos mejores.

No voy a extenderme más en los asuntos de la organización, porque he sido invitado a participar en actividades durante las dos últimas ediciones de la FILT, principalmente como presentador de algunos libros de autores reconocidos de las letras y el periodismo. Por tanto, no sería elegante que yo opinara mucho al respecto.

Sí debo ser claro en algo que hemos podido comprobar con claridad. Quienes leen esta columna saben perfectamente sobre las críticas que en más de una ocasión se han dado aquí en contra de la gestión municipal. Incluso una semana antes de que se inicie la FILT, se pudieron leer aquí cuestionamientos a ciertos proyectos de la administración de Elidio Espinoza. Eso, sin embargo, nada incidió sobre la organización de la feria del libro y mi participación en ella, como tiene que ser.

Y a eso me refería cuando hablaba sobre el futuro incierto de la FILT. Pues con sus defectos y virtudes, la política se puso a un lado y la organización trabajó con suma libertad. El alcalde, hay que decirlo y ser hidalgos, se lo permitió, dio su apoyo para que sea así, hizo lo que tenía que hacer. Pero, ¿qué irá a pasar con la administración venidera? ¿Continuará eso, lo mejorará o lo dejará de lado?

No voy a ser el primero ni el último en decir que el apoyo a la cultura fue uno de los (pocos) aciertos de la gestión de Elidio Espinoza. Como tampoco voy a ser el primero ni el último en señalar que en el Perú no se le suele dar continuidad a las políticas que se encaminan con acierto. ¿Será este el caso? El próximo alcalde, que será elegido el 7 de octubre, tiene la palabra. Porque esto todavía puede mejorar, hay mucho por hacer.

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