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¿Alguna vez se ha preguntado a dónde va a parar toda la “basura” que recolectan los recicladores? Pues, a China.

En Trujillo existen un promedio de 30 empresas prestadoras de servicios y comercialización de residuos sólidos, las cuales se encargan de recoger, separar y vender basura; un 30% de estas pertenecen al sector de la informalidad, y terminan vendiendo basura reciclada, sobre todo plástico, a ese lejano país, pues en Trujillo no hay iniciativas para encaminar el negocio de la chatarra.

MIL TONELADAS. De acuerdo a las declaraciones del presidente del Instituto Peruano del Reciclaje, Eduardo Pisfil de los Rios, de mil toneladas de basura, 500 van a parar al reciclaje; sin embargo, los empresarios que han mostrado un interés en este negocio, no han podido avanzar porque no contamos con un relleno sanatario.

“La industria del reciclaje en nuestro país apenas comienza a despertar y en nuestra ciudad no ha podido despegar, porque para organizar el sistema de reciclaje se debería contar con un relleno sanitario. Ése es uno de los principales obstáculos que tenemos para hacer del reciclaje un negocio sostenible que beneficie a todos, incluyendo a las empresas contaminadoras”, señaló.

DENUNCIA. Han pasado seis meses desde que el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) presentó dos denuncias contra la Municipalidad Provincial de Trujillo por la inadecuada disposición de residuos sólidos en el botadero “El Milagro”, ubicado a 12 kilómetros de la ciudad de Trujillo, cuya extensión aproximada es de 58 hectáreas.

Esta denuncia fue presentadas ante el Ministerio Público y la Contraloría General de la República con el pedido de que se inicie la elaboración de un plan de cierre del mencionado botadero y en su lugar se realicen las acciones destinadas a la implementación de un relleno sanitario. No obstante, la Municipalidad Provincial de Trujillo, a la fecha, no ha implementado nada aún.

HAY PELIGRO. Según el informe de la Oefa, nuestro botadero sanitario fue el cuarto caso denunciado en todo el país; y las razones por las que se determinó esta decisión fue porque se realizaban las actividades de “reorganización de la basura” a cielo abierto, lo cual es considerado como una práctica irresponsable, lesiva al ambiente y a la salud de las personas, sobre todo de las que trabajan en este lugar, que no cuentan con el más mínimo de los implementos de bioseguridad.

Según Pisfil de los Ríos, todos los botaderos del país afectan la napa freática, pues como no se realiza la separación de residuos orgánicos e inorgánicos los “lexiviadores”, es decir el agua residual en el que se terminan convirtiendo los residuos orgánicos al ser mezclados con los residuos inorgánicos, terminan afectando los ríos e incluso el mar.

“Si no contamos con un relleno sanitario que filtre los residuos, separe y recicle; además de afectar el medio ambiente se terminará perjudicando la calidad de los alimentos que terminamos consumiendo. Todo es cíclico. A más contaminación que tengan nuestros suelos, menos calidad nutritiva tendrán los alimentos que consumimos a largo plazo; por eso es importante empezar a reciclar. Pero sin un relleno sanitario o una planta de tratamiento de residuos, no hay mucho sentido”, comentó.

EVALUACIONES. El gerente del Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo, Segat, Kenny Heredia García, manifestó que hasta el momento por su despacho han pasado ocho empresas privadas interesadas en financiar el proyecto de Construcción del Relleno Sanitario de Trujillo.

“Todo tiene un procedimiento, hemos evaluado a ocho empresas interesadas en quedarse en un determinado período de tiempo para trabajar bajo la modalidad de obras por impuesto, ya evaluamos su viabilidad e incluso hemos hecho varias observaciones a algunas propuestas. Después las empresas interesadas podrán presentar sus propuestas formales. Todo esto, con la finalidad de que la siguiente gestión tenga más clara la decisión a tomar”, comentó.

QUEDAN DOSAÑOS. De acuerdo a las declaraciones de Heredia García, la vida útil de nuestro botadero sanitario es dos años.

Es decir, en el 2016 ya no estaría apto para seguir almacenando la basura de la provincia de Trujillo.

“La siguiente gestión debe ir pensando en un plan de cierre, pues a partir del próximo año se deben ir preparando para esto. El plan de cierre demora un tiempo, por lo menos será en dos años y medio. Deben evaluar si se encontrará un nuevo terreno para ser usado como botadero, o la posibilidad de construir un relleno sanitario o planta de tratamiento”, comentó.

De otro lado, el funcionario ambiental del municipio trujillano aclaró que la denuncia que presentó la Oefa estuvo “equivocada”: “Se nos acusó porque encontraron residuos hospitalarios, y esa no es nuestra competencia sino del Ministerio de Salud”.

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