El líder de la importante corporación destaca los avances de la masificación del gas natural en Perú, pero señala que hay desafíos y se requieren decisiones políticas.
El líder de la importante corporación destaca los avances de la masificación del gas natural en Perú, pero señala que hay desafíos y se requieren decisiones políticas.

Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, repite una y otra vez que nuestro país, el Perú, tiene todo para liderar la transición energética en Sudamérica. Durante su intervención en la VII edición del Informe del , realizado días atrás en Lima, como a la hora de ser abordado después por este Diario, su discurso incide en el potencial peruano. “Perú tiene ventajas comparativas frente al resto”, remarca. “¡Es un productor de gas! Y tiene reservas para 23 años. Es una ventaja importante”.

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¿Y cuál es el “pero” aquí? ¿Qué cosas impiden dar el salto?

Preocupa que no se está haciendo la exploración suficiente, en un recurso tan importante para los peruanos, no solo como fuente de exportación sino por lo que implica en la reducción de la pobreza energética. Cuando se conecta a la población al gas natural y se sustituye una fuente como el GLP o como la leña, el beneficio es impresionante. Nos preocupa que no esté habiendo la exploración y explotación suficiente para poder mantener ese nivel de reservas en el tiempo.

Sin embargo, en el informe que han sustentado, se exhibe un crecimiento importante de usuarios de gas natural en el Perú...

Este es un segundo punto importante. El Perú alcanzó el hito de más de un millón y medio de usuarios, 1′,555,620 a diciembre de 2021. Por qué es importante eso. Si uno mira el tamaño de un hogar promedio en Perú, que es 3,7 personas, y si multiplicamos ese millón y medio por 3,7, te da que más de cinco millones y medio de personas hoy tienen en el gas natural como fuente de energía en sus hogares. Eso, sin contar los casi mil usuarios industriales, las 344 estaciones de servicio que tienen gas natural, y más de 320 mil automóviles que funcionan a gas natural.

¿En qué otros beneficios redunda este hito?

Está el tema de la movilidad. En una encuesta reciente se muestra de la calidad de aire en Lima es de las peores del continente. Y eso se debe en buena medida a los tipos de combustibles que utilizan los carros acá. La mejor manera de resolver ese problema es seguir convirtiendo vehículos a gas natural. ¿Por qué? Porque si son diésel y se sustituyen a gas natural se disminuyen las emisiones de CO2 en 40%; si son a gasolina se disminuyen hasta un 60%. Pero en material particulado, a diferencia del diésel y gasolina, el gas natural es 99% más limpio que todas esas fuentes. Casi se elimina el material particulado en la atmósfera. Entonces, tanto en zonas urbanas del norte del Perú, como en Lima Callao o en el sur del Perú, la sustitución de vehículos con gas natural debería seguir, pues tienen un efecto sobre la calidad del aire, el medio ambiente, y más importante aún, la disminución de las enfermedades respiratorias agudas.

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¿Falta decisión política para acelerar la conversión al gas natural en el país?

Hay mecanismos de política pública que pueden acelerar la conversión a gas natural. Hoy tenemos una cobertura de 14%. Siempre que miro ese número y el progreso que se ha tenido en el país en los últimos años pienso en lo que ocurrió en Colombia. Perú está por dar ese proceso de aceleración. Colombia, del 2000, al 2022, pasó de 8 millones de usuarios a 36 millones.

Nos llevan unos 20 años...

Hay una forma de acelerarlo: la tarifa nivelada. En mi exposición mostrábamos cómo un usuario en Lima paga en promedio 5,5 soles por metro cúbico consumido, mientras que el usuario en la zona norte paga 18 soles; y el usuario en la zona sur paga 22 soles en promedio. Con una tarifa nivelada lograríamos que en Lima se pague solo 50 céntimos más, mientras que en el resto del país bajamos la tarifa significativamente, permitiendo una mayor aceleración de la masificación. En términos de política pública es un “no brainer”, en inglés. No hay que pensarlo. Depende de que el Congreso de la república acoja el proyecto de ley que presentó el Ejecutivo. El Ejecutivo envió un proyecto muy bueno, pero el Congreso hizo unas modificaciones y salió una cosa que no tenía mucho sentido. El presidente ahora lo devolvió al Congreso.

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