La brecha por la falta de agua potable continúa en las zonas rurales
La brecha por la falta de agua potable continúa en las zonas rurales

El acceso al servicio de agua potable es un privilegio para un grupo de la población. En la mayoría de regiones, el problema persiste en las zonas rurales y parte de las zonas urbanas, de ahí que las autoridades del sector saneamiento intentan reducir las brechas año a año, pero persiste el déficit. En este informe ponemos en evidencia esta problemática en algunas zonas de las regiones del norte.

TUMBES. El 82% de la población de Tumbes cuenta con agua a través de una red, según lo informa el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS).

En la zona rural solo el 77% de la población puede acceder al agua potable. Estas cifras las emitió el MVCS a finales del 2016, sin embargo en estos dos años no se han realizado obras integrales, ni mucho menos mejoramiento de las redes, las mismas que ya han cumplido su tiempo de vida, según lo ha señalado en repetidas ocasiones la empresa concesionaria de agua y los alcaldes.

En el distrito de San Jacinto la población consume agua directamente recaudada del río, debido a la falta de obras de saneamiento básico. Curiosamente, los distritos con mayor escasez del líquido elemento son Zorritos y Canoas de Punta Sal, debido a que varios de sus centros poblados no están integrados a la red de agua del operador privado Atusa.

La mayoría de los sistemas de agua en zona rural son operados por Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento JASS, pero estas no tienen la capacidad económica y técnica para brindar agua clorada, y muchas veces envían el líquido elemental sin ser procesado.

En la zona urbana el problema radica en que los sistemas de redes y plantas están deteriorados y la EPS no tiene presupuesto para reposición.

PIURA. A raíz de las lluvias del fenómeno El Niño Costero, una buena parte de la población se vio afectada con el servicio básico del agua potable, debido al colapso de las redes de alcantarillado, lo que obligó a la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento) Grau a efectuar una serie de restricciones, principalmente en las zonas que inundó el río Piura.

Según el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), unos 260,000 piuranos no cuentan con el servicio de agua, lo cual representa el 14.2% de toda la población estimada en más de un millón 800 mil habitantes.

El resto se abastece a través de pozos administrados por particulares, o por las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento, y otra cantidad, que es la población que reside en las partes alejadas la

sierra, por canales y acequias, quebradas o ríos. Sobre ellos no hay un estudio que señale las zonas y cantidad de población afectada.

Según informó el especialista de la EPS Grau, Manuel Merino Hinostroza, la empresa del agua abastece a la población de cinco provincias: Sullana, Morropón, Paita, Piura y Talara. En las otras tres provincias, Huancabamba, Ayabaca y Sechura, son los municipios los que ofrecen el servicio, no obstante ninguna de estas entidades cubre al 100% a toda la población.

La EPS Grau, a través de 185 mil conexiones, cubre solo el 10% de toda la población de la región.

Actualmente, quienes vienen sufriendo por la falta del servicio de agua a domicilio, son las más de 2 mil familias damnificadas que residen en los campamentos ubicados a un costado de la carretera Panamericana.

LAMBAYEQUE. En el departamento de Lambayeque, la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque S.A. (Epsel) es la entidad municipal de derecho privado encargada del abastecimiento.

Actualmente, esta entidad, que es la única que provee de agua y saneamiento a la mayoría de distritos de la región es administrada -tras ser intervenida- por el Organismo Técnico de Administración de los Servicios de Saneamiento (Otass) desde julio del año pasado.

De acuerdo a los últimos reportes de Epsel, se conoce que en el 2017 atendió con el servicio de agua potable a una población de 701,839 habitantes (del más de millón de pobladores que hay en este departamento), a través de 165,704 unidades de uso domésticas de agua y 227 piletas.

Estas cifras se traducen en una cobertura de agua del 77.23%.

Esta situación de desmedro se acentúa, indiscutiblemente, en la zona rural de toda la región. Hablamos de los pueblos jóvenes de: La Unión, San Francisco de Asís, Samán, California, Las Vegas, San Félix, Ramiro Prialé, Miraflores, San Bartolo, Precursores, San Juan de Dios y Villa El Progreso, donde los moradores compran agua a diario o semanal, o aprovechan las aguas de las acequias cercanas.

Mención aparte son los pozos sépticos (llamados también, pozos ciegos) que los moradores se ven obligados a construir en el frontis de sus viviendas porque en su interior, por los años que llevan residiendo en la zona, ya no tienen espacio dónde perforar.

Periódicamente estos pozos sépticos tienen que ser limpiados por maquinaria especial que solamente la posee Epsel, lo cual demanda un costo considerable para la reutilización de esta cavidad.

LA LIBERTAD. En la región de La Libertad, la atención de agua potable a través de red pública es del 90%, según lo informado por el Insituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Hay que precisar también que en algunas provincias de la región la distribución de agua es a través de las Juntas Administradoras de Agua y Saneamiento (JASS) y en otros adminstradas por las municipalidades provinciales.

En la provincia de Trujillo, el 96% de la población cuenta con el servicio de agua, mientras que en la provincia de Ascope, el 96.69% tiene el líquido elemento y en la provincia de Chepén solo un 79% ha logrado acceder al servicio básico, según información de la empresa Sedalib S.A. en estas zonas en las que circunda su ámbito de distribución.

En la sierra liberteña, los pobladores acceden al agua a través de los ríos y manantiales, la misma que canalizan en tuberías hasta sus viviendas.

En el caso de las zonas rurales, según el INEI, un 0.4% en la región debe comprar el agua a camiones o cisternas que de manera semanal pasan por sus zonas más alejadas.

Además, un 2.1% de la población aún en zonas urbanas obtienen agua a través de excavaciones en pozos.

El 0.9% de personas accede a agua a través de un grifo público del que reúnen el líquido elemento en baldes o bidones para guardar para varios días.

ÁNCASH. En el caso de la región Áncash, la empresa Sedachimbote es la abastecedora de agua en las provincias del Santa, Casma y Huarmey. En las tres jurisdicciones el servicio, tanto de agua como de alcantarillado, no llega básicamente a los pueblos que han surgido en invasiones, que se empezaron a gestar desde el 2005, de manera desordenada.

Uno de los casos más sonados es el de la provincia del Santa. En el distrito de Nuevo Chimbote, sobre terrenos del Proyecto Especial Chinecas, se han conformado más de 40 pueblos con miles de habitantes, quienes, desde el 2010 esperan su formalización y también contar con servicios tan básicos como el agua.

El gerente de Sedachimbote, Alejandro Huaccha Quiroz, recuerda que existe un proyecto que contempla la construcción de una nueva planta, con la cual se podría dotar de agua a estos pueblos. El proyecto es altamente costoso, razón por la cual se solicitó al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento su financiamiento.

Esta población actualmente se abastece de agua a través de cisternas de la comuna de Nuevo Chimbote, o también comprando el líquido elemento.

En el caso de Casma, también hay un proyecto de ampliación de redes de agua y desagüe para las invasiones que se formaron, pero los problemas políticos por la caída del régimen de César Álvarez hicieron que las obras queden en un 80% y actualmente están paralizadas.

En Huarmey, también las invasiones al norte de esta provincia carecen de los servicios de agua y desagüe. La entidad paramunicipal viene preparando un proyecto integral para hacer frente a esta situación.

Actualmente en la zona costa de Áncash, hay hasta 85,000 usuarios del servicio de agua potable y alcantarillado que suministra Sedachimbote, en las provincias del Santa, Casma y Huarmey.