Criminales se burlan del estado de emergencia y continúan atemorizando a familias y empresarios para exigirles “cupo” y así dejarlos en paz.
Criminales se burlan del estado de emergencia y continúan atemorizando a familias y empresarios para exigirles “cupo” y así dejarlos en paz.

Si hay cosas que tiene que replantear la Policía durante la ampliación del estado de emergencia por la ola criminal en la provincia de son las estrategias para poder identificar y desbaratar a las bandas delincuenciales dedicadas al delito de la extorsión.

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Y es que a la luz de las evidencias, el hampa, lejos de parar la mano debido al mayor número de operativos y policías en las calles, ha incrementado su accionar y ejemplo de ello es lo ocurrido la madrugada de ayer, cuando delincuentes volvieron a generar terror al dinamitar dos predios, uno comercial y el otro familiar, para exigir a los propietarios importantes sumas de dinero y así dejarlos vivir tranquilos.


EXPLOSIÓN

A la 1 de la madrugada de ayer, los maleantes llegaron hasta los exteriores de la cevichería “Las Norteñitas”, situada en la calle Leoncio Prado, en el distrito de Florencia de Mora, y lanzaron una carga de dinamita en el portón causando destrozos materiales en la fachada (ventanas y vidrios).

Se supo que días antes los mismos criminales llegaron hasta la cevichería y dispararon contra el portón.

Sus propietarios, por temor, han evitado brindar declaraciones, pero sus vecinos contaron que el negocio abrió hace dos meses y debido a que los administradores les impiden trabajar con normalidad, se está evaluando no atender más al público.


FAMILIA ASUSTADA

Horas después, aprovechando la nula presencia policial en el sector, hampones llegaron hasta la cuadra 2 de la calle López Albújar, en el distrito El Porvenir, y detonaron un cartucho de dinamita en la puerta del inmueble de un microempresario. Los delincuentes le exigen el pago de un importante suma de dinero para dejarlo trabajar en paz y no atentar contra sus seres queridos.

La Policía ya tiene conocimiento de ambos casos y lo único que esperan los agraviados es que los atrapen.

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