Establecimiento fue construido para 1,800 internos, pero en la actualidad supera los 6,200. Según exautoridades, se debe también a una “pésima” política penitenciaria del Gobierno Central y a un abuso de la prisión preventiva. Reclusorio no cumple con su función de rehabilitación y resocialización.
Establecimiento fue construido para 1,800 internos, pero en la actualidad supera los 6,200. Según exautoridades, se debe también a una “pésima” política penitenciaria del Gobierno Central y a un abuso de la prisión preventiva. Reclusorio no cumple con su función de rehabilitación y resocialización.

El penal El Milagro de tiene una población actual de 6,221 internos, según cifras hasta el 16 de junio de este año.

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El número ya es más alto al registrado el año pasado, que cerró con 5,950 internos. Es decir, en solo seis meses de este año ha habido un crecimiento poblacional de 4,55%.

Con respecto a la sobrepoblación que tiene, fue construido para 1,800 reos, por lo que ya supera el triple.

Posiciones

Para el abogado Greco Quiroz Díaz, exconsejero regional de La Libertad por la provincia de Ascope, una de las más convulsas de este departamento, el hacinamiento de los penales tiene dos vertientes.

Una es la “pésima” política penitenciaria del Poder Ejecutivo, directamente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjus). “El Tribunal Constitucional le ha dado al Minjus un plazo hasta este año para deshacinar los penales porque eso atenta, obviamente, contra la integridad del ser humano. Sin embargo, el Gobierno [Central] no ha cumplido y los penales siguen hacinados”, comentó.

La segunda vertiente, según Quiroz, es que hay un abuso de la prisión preventiva. “¿A qué se debe esto? Cuando un magistrado ordena una comparecencia restringida o un arresto domiciliario, inmediatamente es criticado o cuestionado porque lo que quiere la ciudadanía ante la ola delictiva que se vive es ver en la cárcel al acusado. Entonces, el juez tiene temor y qué hace, opta por mandarlo a la cárcel de forma preventiva, lo que ocasiona la sobrepoblación que ahora vemos”, argumentó el letrado.

Quiroz recalcó que se trata de “dos errores grandes”. “Lo tengo bien grabado cuando la presidenta Dina Boluarte dijo, en su mensaje del 28 de julio de 2023, que iban a invertir S/ 1,500 millones para construir cinco grandes penales en todo el país y reacondicionar otros. Ha pasado el tiempo y no hay nada, ni uno solo”, cuestionó.

Mónica Sánchez Minchola, exvicepresidenta regional de La Libertad, dijo que este escenario también obedece a una crisis en la administración de justicia, “como lo vemos por ejemplo en el Ministerio Público”.

“Hay muchos casos que son armados y que terminan en personas que van a prisión de forma preventiva solamente por los dichos de unos cuantos”, aseveró.

Ante esta situación, la abogada comentó que el país necesita una política penitenciaria que no solamente vaya de la mano con infraestructura, sino también “con leyes que se tienen que mejorar y de una administración de justicia adecuada, independiente, objetiva y que no obedezca a las cámaras ni a otros intereses mediatizados o politizados”.

Crisis

Un establecimiento penitenciario debe cumplir la función de rehabilitar y resocializar al interno. Para ello, se necesita también que el alojamiento sea digno. Sin embargo, en el penal de varones El Milagro de Trujillo la realidad es muy distinta: varios reos deben compartir una misma celda sin importar su condición.

El Milagro, además, es conocido como uno de los penales más peligrosos del país. Según la misma Policía Nacional del Perú (PNP), desde sus celdas también se planifican y ejecutan secuestros y extorsiones, pero principalmente este último delito.

Prueba de ello es lo ocurrido hace menos de una semana, cuando un interno recluido en el pabellón 5 fue intervenido por, presuntamente, extorsionar a dos personas detrás de los barrotes de la penitenciaría.

Entre los objetos prohibidos que le encontró la Policía resaltó una libreta con anotaciones detalladas sobre sus víctimas, a quienes les exigía un pago de S/ 10 mil para no atentar contra ellas.

“Las cárceles del Perú, especialmente El Milagro, son una especie de escuela para quien ingresa, pues aquí mejoran lo aprendido en las calles. Es como una universidad del hampa”, señaló una psicóloga que prefirió no dar su nombre por razones de seguridad.

La profesional agregó que es “muy difícil” que un interno se rehabilite y resocialice en las condiciones en que “sobrevive” en el penal El Milagro.

“Lo que puede generar el hacimiento es un ambiente más hostil y, obviamente, menos favorable para el interno”, señaló.

En rojo

Según cifras del INEI y de la Defensoría del Pueblo, el número de internos del penal El Milagro ya es mayor a la de toda la población penitenciaria de La Libertad entre los años 2017 y 2025. [ver cuadro en la parte superior], lo que evidencia el hacinamiento que registra.

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