El periodista y escritor junto a once periodistas del norte han visto en medio de esta tragedia por el Covid-19 una serie de historias que perdurarán en el tiempo.
El periodista y escritor junto a once periodistas del norte han visto en medio de esta tragedia por el Covid-19 una serie de historias que perdurarán en el tiempo.

Las consecuencias del avance de la pandemia por el, son funestas. No hay persona que no haya experimentado el dolor de haber perdido un ser querido por esta terrible enfermedad. Los escenarios en los hospitales, calles y hasta en los domicilios son tristes y capaces de bloquear y sumergir a cualquier ser humano en una profunda depresión.

Sin embargo, hay un grupo de personas que ha logrado ver en medio de esta tragedia una serie de historias que no podían quedar en el olvido, sino perdurar, en blanco y negro, registrados en un libro. Es así que nació “Virus. Historias de la pandemia en el norte del Perú”

Correo conversó con Omar Aliaga Loje, encargado de la selección, edición y el prólogo de esta nueva producción literaria que en estos difíciles momentos y seguro en futuro merecen ser leídas. Esto fue lo que nos contó:


¿Cuál ha sido el fin de recopilar estas historias registradas en esta pandemia y plasmarlas en este libro?

Bueno, lo que se busca es dejar un registro, un testimonio contado de una forma más orgánica, más humana, más personal y narrativo de lo que ha sido y es la pandemia por el Covid-19, sobre todo en esta parte del norte del país que ha sido la más golpeada. Eso es lo que principalmente se buscó y, bueno, inicialmente ya lo había conversado con el director de Infolectura, Jorge Tume. En un inicio lo estaba trabajando yo, pero luego decidimos ampliarlo para que sea colaborativo y periodistas de otras regiones puedan participar.


¿Hubo alguna línea o parámetro en el que se tuvieron que enmarcar los diversos autores de las historias?

El criterio era que sea una historia, que tenga un inicio, un desarrollo y un desenlace, como un relato, tal cual, pero en este caso un relato real que tiene hechos comprobables.Lo otro era que la historia se enmarque en la pandemia y no solo resaltar el dolor, porque se bien es cierto hay historias de angustia, de muerte, de enfermedad; también hay otras que son como un respiro, que son más anecdóticas y esperanzadoras, pero que siguen enmarcadas en este escenario de la pandemia.


Sí, los que hemos podido leer el libro nos encontramos con diversas historias como el de personas que vieron en esta pandemia una oportunidad de reinventarse, como el caso del taxista que salvaba vidas.

Sí, eso ha sido importante y hemos tratado de que eso se vea y por suerte se ha dado así. Todos proponían los temas que tenían para contar y nosotros lo veíamos. Eso se hacía también para que las historias no choquen y haya variedad en lo que se iba a plantear. Cada uno tuvo una historia distinta que contar.


“Crimen y testigos. Historias reales escritas desde Trujillo”, fue su primera producción y ahora surge: Virus. Historias de la pandemia en el norte del Perú. ¿Qué diferencia hay entre ambas producciones, a parte de las obvias?

Bueno, coinciden en el tema de que son colaborativos; es decir, si bien es cierto, yo lo coordino, lo edito, esto es una coautoría. Pero, si hay una diferencia con el anterior libro es que en este caso todos son periodistas y comunicadores; en “Crimen y Testigos” hubo escritores.

Mira, otra diferencia es que este libro no estaba pensando hace un año, nadie imaginaba esto. Yo estaba con otros proyectos propios de libros que se detuvieron porque las consecuencias del virus en los primeros meses fueron terribles y se paralizó todo, incluso el negocio editorial, pero cuando retomó vimos que este libro era urgente, teníamos que hacer este libro, y este desplazó a otros proyectos. Las circunstancias nos obligaron a tomar la decisión de hacerlo.

¿Coincides en la idea de que escenarios tan trágicos e inciertos como el que genera el virus ubica al periodista en un posición de acceder a hechos que no solo deben ser contados en diarios y noticieros, sino en producciones como estas?

Nosotros,al igual que los médicos que están en primera línea y otros similares, no podemos darnos el lujo de decir: “hoy nada de muertes, de camas UCI, de falta de oxígeno; me escapó”. Eso no podemos hacerlo los periodistas que estamos en actividad. Hemos tenidos un año tremendo, complicado, nadie nos enseñó o nos capacitó para afrontar estas circunstancias. Entonces nosotros teníamos un testimonio que era necesario sacar a relucir, y eso nos confronta en un reflexión de nuestra propia carrera porque hemos tenido que ser muy rigurosos y tener mucho cuidado con todo lo que publicamos. Ha sido un reto y creo el desafío más grande como periodistas.