Cientos de personas durmieron en los exteriores de la UPAO para poder vacunarse a primera hora y no quedarse sin su respectiva dosis. Debido a la escasez de inoculaciones en otros distritos y provincias, algunos prefieren venir a Trujillo y pernoctar, no importa, a la intemperie. (Foto: Johnny Aurazo)
Cientos de personas durmieron en los exteriores de la UPAO para poder vacunarse a primera hora y no quedarse sin su respectiva dosis. Debido a la escasez de inoculaciones en otros distritos y provincias, algunos prefieren venir a Trujillo y pernoctar, no importa, a la intemperie. (Foto: Johnny Aurazo)

Aris tiene las manos congeladas y el corazón angustiado: son las tres de la mañana y no sabe si su esposo logrará aplicarse la segunda dosis de Sinopharm contra el COVID-19. La mujer, acompañada de una amiga, es una de las cientos de personas que forman una interminable cola en los exteriores de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO) en busca de una vacuna.

Horas de espera

“Mi esposo es trailero y mientras él viene, yo le estoy formando la cola”, cuenta Aris, y cruza los brazos porque el frío se vuelve insoportable.

Aris Zúñiga ni su esposo, David Díaz, viven en Trujillo, sino en Paiján, el distrito de la provincia de Ascope más golpeado por el SARS-CoV-2 (1,237 fallecidos y 131 infectados). Tuvieron que viajar a la capital liberteña porque en su ciudad, asegura, todavía no llegan las vacunas para los mayores de 40 años.

La situación de Joel Cedeño es similar. Vive en Moche, pero prefiere estar en la cola “de la UPAO” desde las 4 de la tarde del sábado porque en su localidad, dice, “no hay más de dos mil vacunas”. “Yo, a esta hora (3 a.m. del domingo), ya no tendría vacuna”, afirma. Solo Moche, según la Gerencia Regional de Salud (Geresa), registra 3,023 decesos y 230 contagios desde que inició la pandemia.

“Él está aquí desde las diez de la mañana y yo llegué a las 2:30 p.m. No hay orden. Fastidia tener que formar cola durante más de 15 horas para acceder a una vacuna”, cuestiona Christian Urbina, quizás el número 20 de la fila que conduce hacia la puerta de acceso al vacunatorio.

La segunda vacunatón en la UPAO dejó estas y muchísimas más historias, cada una con su propia particularidad, pero igual de cansadas y dramáticas en algunos casos.

A las cuatro de la tarde de ayer, la Región informó que solo el sábado se logró aplicar 30 mil dosis, un hecho “histórico”, remarcó. “En otras regiones solo han llegado a 17 o 18 mil personas [por día]”, añadió.

“La gente se amontona, está pegadita y algunos ni hasta mascarilla tienen. Hay también escasez de policías y soldados”, refiere Lenin Quezada (45), a las 3:06 a.m. de ayer.

Lenin también fue uno de los primeros en la fila y apenas centímetros más allá, a las 6 a.m., se ofertaban espacios a S/ 100.  La cola se vendió en cuestión de segundos.