Preso de nacionalidad venezolana fue asesinado cuando se encontraba en el área de meditación. Crimen sería una venganza por la venta de drogas.
Preso de nacionalidad venezolana fue asesinado cuando se encontraba en el área de meditación. Crimen sería una venganza por la venta de drogas.

El penal El Milagro de se ha convertido en tierra de nadie. Al escándalo de malos policías y agentes penitenciarios investigados por recibir coimas para dejar pasar objetos prohibidos a la cárcel, se sumó una gresca entre reclusos que dejó a un interno muerto y a otro herido.

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El caso

La víctima mortal es el ciudadano de nacionalidad venezolana Jhonatan Eugenio (35), quien fue atacado a cuchillazos cuando se encontraba en el Área de Meditación A del pabellón 14. Según las primeras informaciones, el extranjero habría sido interceptado por otros reclusos que le habrían reclamado por una supuesta deuda que les tenía. Se sospecha que la rivalidad podría estar direccionada a la venta de drogas al interior de la cárcel.

El reo, tras recibir varias puñadas, fue llevado de emergencia al Hospital Regional Docente de Trujillo, en donde los médicos solo confirmaron su muerte.

Hay que indicar que durante la gresca también resultó herido Edgar Jovani Quezada Vigo (42), quien cumple una condena por el delito de tráfico ilícito de drogas. Él fue atendido en el tópico del establecimiento penitenciario al presentar heridas en el hombro hechas con arma punzante. Sin embargo, debido a que sus lesiones no fueron de gravedad, regresó a su celda.

Hasta el penal El Milagro de Trujillo llegaron agentes del Departamento de Investigación Criminal Norte, quienes iniciaron las diligencias y comunicaron de lo ocurrido al Ministerio Público, que tras las investigaciones determinará quienes son los responsables del crimen.

Este hecho de sangre se suma al escándalo revelado hace unos días, que se difundieron audios en donde policías y agentes de esta cárcel coordinarían el pase de objetos prohibidos al penal, previo pago.

El caso es investigado por el Ministerio Público. Durante las diligencias, se descubrió que reclusos pagarían S/ 200 porque les ingresen un audífono, entre S/ 250 y S/ 300 por un cargador y de S/ 3,000 a S/ 4,000 para que les permitan obtener un celular. Además, la tarifa para que un preso no sea trasladado a otra cárcel se habría establecido en S/ 5,000.