El desarrollo de la región se ve comprometido por el avance de la anemia, que limita el crecimiento de miles de niños y reduce su acceso a oportunidades y competitividad futura.
El desarrollo de la región se ve comprometido por el avance de la anemia, que limita el crecimiento de miles de niños y reduce su acceso a oportunidades y competitividad futura.

En , más de 34 mil niños menores de 3 años tienen anemia. Eso significa que uno de cada cuatro está creciendo sin las defensas ni la energía que necesita para aprender y desarrollarse bien. Aunque la cifra ha bajado un poco, el problema sigue siendo grave.

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La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) advierte que esto pasa porque muchas familias aún no tienen acceso a una buena alimentación ni a servicios básicos. La anemia no solo afecta hoy, sino también el futuro de miles de niños.

La anemia es una condición originada por la deficiencia de hierro en la sangre, lo que limita la producción de hemoglobina, encargada de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo.

Se presenta con dolores de cabeza, mareos, cansancio y poca resistencia al frío. “La anemia infantil no solo afecta la salud de los niños, también limita su capacidad para aprender y rendir en el colegio.

Esto impacta directamente en su desarrollo cognitivo y educativo, reduciendo sus posibilidades de acceder a mejores oportunidades más adelante. Un niño con anemia parte en desventaja y arrastra esas brechas a lo largo de su vida escolar y, eventualmente, en su futuro laboral”, explicó Carlos León, economista de REDES.

COSTOS PARA EL PAÍS

El especialista también señaló que la anemia genera considerables costos económicos para el país. Según estudios de GRADE, entre 2009 y 2010, esta condición provocó pérdidas superiores a los US$2,700 millones debido a la reducción de la productividad y el aumento en los gastos en salud. Esta cifra equivale al 0.62% del PBI nacional.

“Invertir en el desarrollo infantil es una medida urgente y necesaria: por cada dólar invertido, el retorno puede ser de entre cuatro y nueve dólares”, agregó.Combatir la anemia infantil requiere un enfoque integral que combine prevención, diagnóstico temprano y tratamiento oportuno.

Este incluye la administración regular de suplementos de hierro indicados por personal de salud, controles médicos periódicos y seguimiento del estado nutricional.

También es importante que las familias reciban orientación sobre cómo mejorar la alimentación del niño con productos accesibles y ricos en hierro, como espinaca, hígado de pollo, lentejas o arroz fortificado.Pese a este panorama, tanto en La Libertad como en otras regiones del país, existen dificultades para lograr la recuperación de los niños con anemia.

Aunque muchos inician el tratamiento, un 27% de los menores entre 6 y 35 meses no lo completan.

Y entre quienes sí lo hacen, la recuperación tampoco está garantizada: solo el 43% de los niños de 12 a 18 meses logra superar la anemia tras concluir el tratamiento.

Esto evidencia la necesidad de acompañar a las familias durante el proceso, brindando orientación y seguimiento efectivo.Uno de los factores estructurales que agrava esta situación es la limitada cobertura de servicios básicos, especialmente agua potable y desagüe. En la región, el 56% de los hogares no recibe agua ni 12 horas al día y un 18% no cuenta con un sistema de alcantarillado.

En entornos con alta incidencia de infecciones gastrointestinales o parasitarias, es más difícil que el cuerpo absorba correctamente el hierro, incluso cuando se suministran suplementos. Además, en ese contexto es más difícil preparar alimentos de forma segura y mantener hábitos de higiene, condiciones clave para asegurar la mejoría.Siendo así, el economista remarcó que la anemia, en el largo plazo, representa un obstáculo para el desarrollo integral de las regiones.

“La anemia infantil limita el potencial humano y frena el crecimiento económico. No podemos aspirar a cerrar brechas sociales si permitimos que miles de niños crezcan con una condición que reduce sus capacidades desde los primeros años de vida. Si queremos un país con oportunidades reales para todos, debemos garantizar que cada niño crezca sano y desarrolle sus capacidades al máximo.

Para ello, también es clave asegurar el acceso a alimentos ricos en hierro y fomentar su consumo a través de programas sociales y alianzas con el sector privado”, concluyó León.

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