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No llegamos al noveno mes de gestión edil, pero en la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) ya se registra un caso “sui géneris” en su historia: el oficialismo dejó de tener mayoría en el concejo.

Tras la irrevocable renuncia de Luis Sánchez Arteaga, sumada a la de Milagros Mantilla Tenorio, ambos del oficialismo, solo quedaron siete de los nueve concejales que iniciaron la gestión con Elidio Espinoza Quispe.

En el otro lado, son seis los regidores que, de acuerdo a la elección popular, forman parte de las bancadas de oposición.

Si bien es cierto los dos concejales disidentes del Movimiento Regional Para el Desarrollo con Seguridad y Honradez (MRDSH), que lidera el burgomaestre Espinoza, ahora pasarían a formar parte del grupo que integran tres de Alianza Para el Progreso (APP), dos del Apra y uno de Fuerza Popular (FP), el panorama político en el concejo provincial todavía deja algunos puntos para el análisis.

EL SOBRINÍSIMO. Todo empieza el 9 de enero de este año, es decir, Elidio Espinoza ni se terminaba de acomodar en el sillón municipal, cuando se descubre que el sobrino de su regidor Luis Sánchez fue contratado como subgerente de Participación Vecinal.

Tal situación provocó que dos semanas después, Sánchez tuviera que afrontar un pedido de vacancia en su contra por presunto nepotismo.

“Yo no sabía de la contratación de mi sobrino (Carlos Sánchez Caipo). Deslindo cualquier injerencia política en dicha convocatoria”, precisó en aquella ocasión Sánchez Arteaga -visiblemente contrariado- asumiendo que esperaba que la administración de Espinoza no lo haya hecho para “perjudicarlo”.

Sin duda, desde aquel hecho engorroso Sánchez ya no fue el mismo, mostraba una postura de oposición a la actual gestión y hacía sentir, en diversas sesiones de concejo, que no era partidario de algunas medidas orquestadas por el alcalde y sus otros regidores del oficialismo. Al final salió librado de la vacancia, pero su actitud antagonista sigue hasta ahora.

DESMAYO DE “MILY”. Casi un mes después del escándalo del “sobrinísimo”, específicamente el 4 de febrero, Milagros Mantilla sufre un desmayo cuando se realizaba una sesión de concejo. Luego se supo que una de las causas habría sido el mal cardíaco que padece.

Tras ese incidente, Mantilla se ausentó de sus labores como regidora. No obstante, un mes después corre la misma suerte que su colega Luis Sánchez, puesto que solicitan su vacancia por considerar que tuvo tres inasistencias al concejo y que estas no estuvieron justificadas.

“Hasta que al fin libre de toda esta mafia”, fue la contuntendente frase que puso en su cuenta de Facebook Milagros Mantilla, exteriorizando de esta forma su desacuerdo con la administración que encabeza Elidio Espinoza y, en consecuencia, pasando a formar parte de la oposición en el concejo. El pedido de vancancia en su contra sigue en curso.

Como hemos podido apreciar en todo este tiempo, tanto la aprista Rocío Taboada y el concejal del fujimorismo Carlos Fernández Verde, como parte de las filas de la oposición, han asumido una tenaz función fiscalizadora sobre la gestión edil. A Edward Berrocal, aunque en menor proporción, también se le vio en dicha función.

No obstante, los apepistas Pablo Penagos y Milagritos Celis, que inicialmente también mostraban su lado fiscalizador, de un tiempo a esta parte no han tenido mayor protagonismo en ese sentido.

LA VOTACIÓN. Cabe recordar que ellos dos, a diferencia de su colega de bancada Hernán Aquino Dionisio, votaron por la no reconsideración de la vacancia de Milagros Mantilla, medida que fue unida a los seis votos del oficialismo y el del alcalde Elidio Espinoza.

Tras ello, la especulación saltó a la palestra, sus propios colegas de oposición no entendían el porqué Penagos y Celis optaron por “alinearse” en extraño consenso.

Ante este nuevo panorama político en el concejo provincial de Trujillo, dos personajes analizan, brevemente, el devenir del gobierno municipal con dichos cambios forzados.

“algo anda mal”. En su opinión, el abogado Miguel Rodríguez Albán precisa que el hecho que una gestión municipal pierda mayoría, evidencia que las cosas no andan bien.

“El alcalde deberá aprender a dialogar con el sector de oposición para que se respalden las acciones o medidas que Trujillo necesita”, dijo.

Rodríguez Albán remarcó que es muy probable que la falta de experiencia de Elidio Espinoza le haya “pasado factura”.

“En la gestión pública las decisiones políticas no son sencillas. Creo que la población vio en él una experiencia policial, pero eso no se adapta a la lógica del funcionamiento municipal. La dinámica política nos dice que tiene que haber diálogo, consultas; si el alcalde está acostumbrado a decidir solo, sin consultar, quizá por su postura policial, pues tendrá que aprender a escuchar, tolerar y a consensuar. Así se logrará la gobernabilidad”, sostuvo.

“Pierde maniobrabilidad”. Por su parte, el analista político y docente universitario, Gerardo Cailloma, manifestó que cuando un gobierno, ya sea a nivel congresal, regional o municipal, pierde mayoría en el sector legislativo, el consenso deja de ser menos asequible que cuando se tiene. “Si teniendo mayoría tenía problemas y ahora como minoría se pierde un poco la maniobrabilidad, se puede generar un serio problema para los intereses de Trujillo”, indicó.

Sin embargo, Cailloma precisó que de acuerdo a lo visto en los últimos meses, la fiscalización de parte de los regidores de oposición ha estado sustentada.

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