Y de la inseguridad ya ni hablemos. Ese es otro punto claramente diferencial entre Trujillo y Arequipa. En esta ciudad del sur aún es posible tomar un taxi a altas horas de la noche con confianza.
Y de la inseguridad ya ni hablemos. Ese es otro punto claramente diferencial entre Trujillo y Arequipa. En esta ciudad del sur aún es posible tomar un taxi a altas horas de la noche con confianza.

Cada vez que llego a Arequipa me pregunto: ¿Qué tienen ellos que no tengamos nosotros los trujillanos? Las calles de Arequipa tienen una prolijidad impresionante; atípica, diría yo. Las calles están impecablemente limpias, hay orden en todos los rincones y no hay ruidos aturdiéndonos todo el tiempo. ¿Son las autoridades o es la gente? ¿Es una cuestión cultural?

Trujillo es una ciudad cada vez más caótica. Quienes conducen lo saben muy bien. Hay una desorganización en lo vial, una evidente falta de planificación que se empeora con el comportamiento ciudadano cada vez más condenable. A muchos trujillanos nos vendieron la idea de que somos una ciudad culta, un centro neurálgico de la cultura. Que aquí haya habido el Grupo Norte, que hayamos tenido a Vallejo o a Haya, a Gerardo Chávez o Pedro Azabache, no debería nublarnos la perspectiva. Somos una ciudad que tiene mucha gente con un pésimo civismo y educación. Basta ver cómo funcionan las cosas aquí. Porque hasta en los detalles más nimios uno puede ver cómo andamos en cultura.

Y de la inseguridad ya ni hablemos. Ese es otro punto claramente diferencial entre Trujillo y Arequipa. En esta ciudad del sur aún es posible tomar un taxi a altas horas de la noche con confianza. Y en los alrededores hay fiestas populares, como en todo lugar, pero es raro ver los botellazos saltando por los aires o los ajusticiamientos en medio de danzas de balas en cada reunión social.

Yo les propongo una cosa. Vayan al centro de Trujillo y traten de ubicar un solo tacho de basura que se encuentre en buen estado. Uno solo. No existen, solo hay rastros maltrechos y olvidados de esos tachos. En el parque grande al que suelo ir a pasear a mi mascota, en Las Quintanas, tengo que andar con la bolsita cargando los desechos del can, como lo hacen también otros, porque no hay un solo tacho de basura. ¿Qué ciudad civilizada puede ser viable sin lugares donde tirar la basura? Yo, y algunos otros ciudadanos, podremos ir caminando con la bolsa de desechos hasta llegar a casa, pero muchos no lo hacen, y por eso hay muchas de esas bolsas tiradas alrededor.

Es la realidad de nuestra ciudad. Una ciudad que empeora cada año y en la que, peligrosamente, nos estamos acostumbrando a convivir en medio de esta insania.

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