Trujillo se encuentra en estado de emergencia por inseguridad; sin embargo, la ola criminal no se detiene. En menos de 24 horas, tres personas fueron asesinadas a balazos a manos de sicarios. Las víctimas mortales: un empresario, una madre de familia y un chofer de colectivo sin vínculos entre sí, pero con la coincidencia de que la insania y la crueldad se les cruzó en sus caminos cuando menos se lo esperaban.
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La tarde del último martes, hampones a sueldo acabaron con la vida de un promotor de una discoteca identificado como Bruno Salvatierra Prentice (34). Lo acribillaron a pocos metros de su casa, en Trujillo. Horas después, cuando la ciudadanía se recuperaba de la conmoción que dicho suceso provocó, un nuevo hecho de sangre sacudió a la población.
A sangre fría
Alrededor de las 8 de la noche, cuando la madre de familia Keyla Alvarado Alva caminaba por la avenida El Ángel, en el distrito de Laredo, dos sujetos en una moto lineal se le acercaron y le dispararon a quemarropa.
Gravemente herida fue evacuada al centro de salud de la zona, pero los médicos solo se limitaron a confirmar su fallecimiento.
Agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) llegaron hasta el lugar del atentado para realizar las investigaciones correspondientes y poder esclarecer las circunstancias del crimen.
Sin Piedad
Ayer, al filo de las 3 de la tarde, en el cruce de la avenida José Olaya y la calle María Parado de Bellido, dos sicarios asesinaron de varios tiros al joven chofer de colectivo Jorge Luján Barreto (23).
Familiares de la víctima dijeron que su pariente recién había cumplido un mes trabajando como colectivero y desconocían si era víctima de amenazas o era extorsionado.