Gerardo Chávez-Maza dijo que su padre era un ser mágico y que deja dos grandes legados al país: su arte y su labor como gestor cultural. En la tarde se oficiará una misa en la iglesia del monasterio de Santa Clara, frente al Museo del Juguete que fundó en 2001.
Gerardo Chávez-Maza dijo que su padre era un ser mágico y que deja dos grandes legados al país: su arte y su labor como gestor cultural. En la tarde se oficiará una misa en la iglesia del monasterio de Santa Clara, frente al Museo del Juguete que fundó en 2001.

“Yo creo que los artistas como mi padre tienen una cualidad mágica. [...] Él fue un ser mágico que pensó y sintió que el arte sí tiene un poder de transformación social y cultural. Esa es la mejor forma que lo puede recordar el Perú”, nos dice , apenas metros más allá de la puerta de ingreso a su vivienda, en Trujillo.

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In memoriam

A la derecha de donde conversamos, el curador de arte vela los restos de su padre, Gerardo Chávez López. El duelo se desarrolla en privado. “Es una decisión de la familia, pero todo aquel que quiera despedirse de él es bienvenido”, afirma.

Gerardo Chávez López falleció el último domingo poco después de la 11:30 de la mañana. Su deceso se produjo bajo el mismo techo donde será velado hasta hoy. Estuvo rodeado de toda de su familia y de ese amor que supo ganarse también como padre, una faceta que solo Gerardo Amador y sus tres hermanos conocieron.

“Ha sido un padre maravilloso, amoroso. Ha sido mi referente en todo sentido. Me permitió crecer en un mundo mágico, un mundo lleno de belleza, un mundo especial, un mundo en el que me hizo creer que todo es posible. A veces uno cree que las cosas no pueden resultar por algún motivo, pero si uno cree en la fuerza vital que nos acompaña, los sueños se hacen posibles”, asevera.

La casa donde nos encontramos está ubicada a escasos metros del Museo de Arte Moderno que el reconocido artista plástico inauguró en 2006. El espacio se encuentra cerrado desde 2017, tras las intensas lluvias de El Niño costero, pero aquí se conserva gran parte de su legado, ese que lo convirtió en un artista inmenso, extraordinario y, como dice su hijo, “eterno”.

“Creo que son dos legados importantes que deja mi padre. Uno es su extraordinaria contribución a las artes visuales como pintor y el otro, su labor como gestor cultural. Son dos elementos que se entrecruzan y que han sido también su fuerza vital todos estos años. Desde los años ochenta que mi papá empieza a regresar un poco al Perú, hay un interés particular por apoyar a la cultura y la descentralización de esta”, sostiene Gerardo Amador.

En 2022, tres años antes de fallecer, Chávez publicó su autobiografía, titulada Antes del olvido. Según su hijo menor, su deseo era ser cremado. “Él siempre quiso estar aquí y eso nos va a dar la posibilidad de hacerle un homenaje más público cuando alguien quiera despedirse de él en su momento”, refiere.

La ceremonia de cremación se realizará hoy en el cementerio El Remanso en Huanchaco. Luego, a las 3 o 4 p.m., [no se confirmaba la hora hasta el cierre de esta edición], se oficiará una misa en la iglesia del monasterio de San Clara, ubicada en la intersección de los jirones Independencia y Junín, en el Centro Histórico de Trujillo, frente al Museo del Juguete, ese espacio que Gerardo Chávez inauguró en 2001 con el mismo corazón de niño que también revelaba en sus pinturas.

“Para mi padre, Trujillo siempre fue un motor importante y creo que su obra también nos habla de un niño joven, adulto, viejo, abuelo que creció y que a pesar de estar mucho tiempo lejos de su país, al final supo que lo que tenía que hacer era devolver todo ese aprendizaje enseñándoles a las generaciones futuras”, cuenta Gerardo hijo.

En la sala donde el cuerpo de Gerardo Chávez descansa no se permite realizar fotografías ni grabar videos. El silencio solo se interrumpe por el sonido de las velas que alumbran el lugar o el canto de un grupo de voces que más parece un susurro al corazón, a la memoria de quien será recordado siempre como el “maestro de la plástica peruana, creador incansable y figura luminosa de la cultura latinoamericana”, como dice el comunicado que publicó la fundación que él creo cuando pasó a convertirse en un símbolo eterno, en una leyenda de las artes plásticas.