Trujillo: El general en cura de silencio

Octavio Salazar era un hombre capital en la campaña de Fuerza Popular al inicio del proceso, y no solo en La Libertad y el norte del país. Era el vocero del plan de seguridad ciudadana, uno de los estandartes del atractivo de la candidata fujimorista. Su presencia en los medios de Trujillo y el país era notoria, como esa prestancia propia de quien se sabe que tiene una cuota de poder con qué pavonearse. Sin embargo, algo pasó al poco tiempo.

Algunos señalan que fue un debate para un programa televisivo en el que Gino Costa, su símil de Peruanos Por el Kambio, lo dejó mal parado. Al menos, aquella noche las redes sociales dictaminaron que Salazar había salido magullado. Sea como fuere, al poco tiempo, en otro debate establecido con público incluido, Octavio Salazar no acudió.

Esto fue en la primera vuelta. En la segunda vuelta, el papel del electo congresista de Fuerza Popular había pasado a disolverse ante todos. Salazar no solo no aparecía en los medios, sino que incluso no respondía las llamadas de los periodistas, él que había sido siempre uno de los más solícitos a la hora de responder los requerimientos de la prensa.

No quedan claras las razones de este ostracismo de Octavio Salazar, o si fue impuesto o por propia iniciativa. Y es que en Fuerza Popular, como se sabe, los lapsus en campaña se pagan con silencio. Pregúntenle a Mónica Chacón o al mismo Kenji Fujimori.

Mientras tanto, en la segunda vuelta ya había emergido la figura de Daniel Salaverry como flamante vocero del fujimorismo a nivel nacional.

Hoy, tras las elecciones, como se puede ver, el general policial en retiro sigue sin aparecer, sigue en cura de silencio. ¿Por qué? No lo sabemos bien.

Pero quizás sí. Un día, en el Congreso, y a poco de que la segunda vuelta electoral llegue a su fin, Octavio Salazar fue abordado por los periodistas capitalinos. La pregunta hecha por uno de los periodistas lo tomó notablemente distraído de la campaña de su lideresa. “Es un engañamuchachos”, dijo Salazar sobre las declaratorias de emergencia ante la prensa, ignorando u olvidando que Keiko Fujimori acababa de plantear en una actividad proselitista la posibilidad de declarar esa medida en Lima en un eventual gobierno suyo.

“Ahora sí se jodió”, dijo un representante del fujimorismo cuando oyó a Salazar.