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El paisaje dentro del depósito ubicado en el estadio Carlos Castañeda Iparraguirre es el mismo de siempre: camiones recolectores sin ruedas y maquinaria inoperativa, que de otra forma estaría seguramente en las calles, lidiando con las toneladas de basura que se producen a diario en el distrito de .

Sin embargo, esta vez una nube gris y negra se eleva sobre uno de sus muros, el que colinda con la cuadra 11 de la avenida España. En el lugar, un gigantesco cúmulo de desperdicios arde en llamas. Un grupo de vecinos se acerca con baldes y empiezan a arrojar agua, con el fin de aplacar el incendio. Una señora se abre paso entre la turbia neblina y reniega mientras se acerca a una vecina para tomar otro balde con agua. “Todo el tiempo lo mismo, ya estoy enferma”, dice.

Esta es solo una muestra de lo que ocurre en varios sectores del populoso distrito, donde la basura sigue ganando terreno y las autoridades no se dan abasto para solucionar el problema. Algunas personas optan por prender fuego a los cúmulos, pero esto solo empeora las cosas. Desde la misma comuna, se oyen también voces que cuestionan la falta de interés por parte de ciertos funcionarios, mientras aún resulta difícil divisar alguna mejora en medio de las espesas nubes de humo.

DAÑOS. En la cuadra 3 de la avenida México, los vecinos habían colocado varios sacos llenos con cemento y otros materiales para evitar el paso de los vehículos, en un intento desesperado por evitar que más gente llegue en autos o mototaxis a dejar su basura en el sardinel. A pocos metros, el humo se elevaba desde una hoguera de bolsas plásticas, cajas de cartón, residuos de pirotécnicos y otros desechos. Los vehículos del servicio público solo podían utilizar uno de los carriles de la vía.

Al igual que en la avenida España, los vecinos de la México tampoco saben con exactitud quiénes son los responsables de iniciar el fuego. La intención, se supone, es erradicar la basura, pero el precio sería demasiado alto. El temor a padecer problemas respiratorios, alergias y, sobre todo, a ver a sus menores hijos sufrir los estragos del aire contaminado, es latente en estos sectores del distrito.

CARENCIAS. En los alrededores del Mercado Moshoque también gobierna la basura. Ayer, durante la mañana, personal de la Municipalidad Distrital de José Leonardo Ortiz llegó hasta la avenida Kennedy, una de las que mayor cantidad de cúmulos presenta. En el lugar, encontramos a Ronald Gonzales Urbina, quien además de ocupar el puesto de subgerente de Administración de Mercados, tiene desde hace poco, y de manera temporal, la encargatura de la gerencia de Servicios Públicos.

“Todavía no han seleccionado a una persona que pueda afrontar todo este problema”, dice con preocupación, mientras observa en funcionamiento el cargador frontal obtenido por alquiler para afrontar la emergencia que se hizo aún más aguda tras las fiestas de Año Nuevo. La comuna también cuenta con un vehículo de este tipo, el cual se encuentra descompuesto.

“He encontrado la maquinaria que está fallando por llantas, por cosas insignificantes, a las que no le han tomado interés algunos funcionarios que ya han sido retirados del cargo. Actualmente deberían salir las 9 maquinarias con las que contamos, pero solo funcionan cuatro”, afirma Ronald Gonzales.

El gerente encargado señala uno de dichos vehículos, un volquete en el que se acumulan los residuos sólidos que logra retirar el cargador frontal. “Corremos el riesgo de que en el botadero se desinflen las llantas y tenemos que auxiliarlo con otro volquete o mandar a parchar”, menciona el funcionario.

Agrega que la responsabilidad no está solo en la comuna. “Es indignante porque muchos vecinos ven que estamos recogiendo la basura en un lado y luego, al rato, salen a poner sus bolsas cuando el camión ya se ha retirado. Creo que si ambos nos apoyáramos esto sería mucho mejor”, asevera.

VOLUMEN. Pero incluso más duro con sus palabras fue el subgerente de Limpieza Pública, Clodomiro Heredia Serquén. Según indicó, hace unos 10 años se realizó un estudio según el cual, cada día, al menos 700 metros cúbicos de basura se acumulan en las calles de José Leonardo Ortiz. Naturalmente, esa cifra debe haber sido superada con creces.

Para Clodomiro Heredia, existirían malos funcionarios que “abusan de la bondad del alcalde (Epifanio Cibas Coronado)” y no hacen algo para solucionar la necesidad más urgente en cuento a la limpieza pública: reparar el cargador frontal del municipio.

“Lo que más me molesta es que se haya dado 30,000 soles a un señor Joaquín Guerrero (exgerente de Servicios Públicos) para que arreglen el payloader (cargador frontal) y no le han hecho nada. Hemos ido a preguntar y nos dicen que eso cuesta 3,000 soles. No vienen a trabajar por el bien del distrito, sino a llenarse de plata”, concluyó. 

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