Roberto Torres oculta bienes con nuevos testaferros
Roberto Torres oculta bienes con nuevos testaferros

El suspendido alcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, quien es sindicado de liderar la organización criminal “Los limpios de la corrupción”, habría dado disposiciones a sus compinches que gozan de libertad, para que oculten sus propiedades.

Fuentes de la Fiscalía revelaron que “El Jefe” tiene oculta en su celda del penal de Chiclayo (exPicsi), una lista con los nombres de sus nuevos testaferros, a quienes en las últimas semanas se les transfirió los bienes que adquirió con dinero proveniente de actividades ilícitas.

OCULTO. Los fiscales que investigan los actos de corrupción cometidos por la referida red delincuencial, tuvieron conocimiento que tanto Beto Torres como Martín Villanueva Velezmoro, alias “El Cerebro”, traspasaron a otras personas sus costosos bienes para que la Fiscalía no pueda encontrarlos.

Se supo que ambos habrían coordinado desde sus celdas a través de llamadas telefónicas, para que inscriban sus millonarios bienes, como son terrenos, departamentos y vehículos a nombre de terceras personas.

Un caso descubierto es el de un periodista radial que fue captado por “El Jefe” como su testaferro y que, semanas atrás, habría transferido cuatro de sus propiedades (predios) a terceras personas.

Asimismo, ayer se conoció que la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Chiclayo solicitará el allanamiento y descerraje de las viviendas de 20 nuevos implicados en la mafia que habría dirigido el suspendido alcalde.

El requerimiento incluirá a personas de Ferreñafe e incluso trabajadores de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque que habrían cedido ante los sobornos de “El Jefe”. La jueza de investigación preparatoria Cecilia Costa Gonzales decidirá si procede o no, el pedido.

COACCIÓN. Ayer, el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque (CCPL), Otto Zoeger Navarro, reveló que “Los limpios” utilizaban al Servicio de Administración Tributaria de Chiclayo (Satch) como una herramienta de coacción para vengarse de los empresarios del sector construcción que no aceptaban el pago de coimas.

Precisó que de acuerdo al testimonio de los agraviados, ninguno denunciaba las irregularidades porque el Satch inmediatamente “les caía con operativos de cobranza coactiva”, clausurándole sus locales debido a deudas por pago de arbitrios e impuesto predial.

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