El Vía Crucis de Reque: devoción que se renueva cada año y va rumbo a cumplir su tercera década
El Vía Crucis de Reque: devoción que se renueva cada año y va rumbo a cumplir su tercera década

Con lo ojos todavía húmedos, la señora Anita confiesa que cuando su hijo Franklin le dijo que este año interpretaría a Jesús en la tradicional escenificación del Vía Crucis en , no estuvo de acuerdo. Aunque se trate solo de una puesta en escena, ¿cómo podría una madre aceptar la idea de ver a su hijo sufrir bajo incontables azotes para luego morir crucificado?

Esto último, sin embargo, fue lo vivido por María, la madre de Cristo, un dolor inigualable que esta vez pudo verse plasmado en la actuación de Manuela, una joven recana de 21 años. Ayer, por primera vez, Manuela se puso en la piel de María y fue una de las figuras principales en esta multitudinaria actividad que en el 2019 cumplirá su tercera década de realización ininterrumpida en el distrito chiclayano.

ENTREGA. Pero ni Manuela ni Franklin son nuevos en el elenco. Ambos han participado en el Vía Crucis desde que eran niños y si bien antes estuvieron a cargo de papeles secundarios, esta vez fue su turno de cargar con el mayor peso dramático de la escenificación. Una responsabilidad que, sin embargo, asumieron con toda la fe y entrega desde el primer día de ensayo.

“Han sido tres meses de ensayo, el último mes totalmente intenso. Al inicio tenía un poco de nervios, pero lo primero que hice fue entregarme totalmente a Dios. Le dije al Señor: yo soy tu instrumento, haz que todo salga bien”, dice una extenuada Manuela Burgos Medianero al culminar la representación.

Poco antes de la acostumbrada caminata hasta el cerro “Las Delicias”, donde se escenifica la crucifixión, la estudiante de enfermería tuvo que interpretar el monólogo de María ante un Jesús coronado de espinas, ensangrentado y abatido bajo una enorme cruz. Mientras Manuela, con la voz temblorosa, acariciaba el rostro de su “hijo”, los sollozos se dejaban escuchar entre el público.

“Los chicos van adquiriendo la experiencia desde niños, Franklin por ejemplo lleva 15 años en el grupo. El 100% del grupo son jóvenes que han estado desde pequeños, incluso algunos, que son papás, llegan con sus hijos”, señala Augusto Martínez Ibáñez, promotor de la actividad.

FERVOR. Franklin Puyén Chunga, quien trabaja en construcción civil y tiene 22 años, es bajado de la cruz por sus compañeros. Se acuesta en brazos de Manuela, quien llora a su lado, todavía en el papel de María. Mientras la gente no deja de tomar fotos con sus celulares, la verdadera madre de Franklin se acerca y lo abraza.

“Para mí ha sido una alegría hacer este papel, creo que Dios me ha dado este don para poder interpretarlo”, dice el joven, una vez recuperado el aliento tras la larga caminata. Pese a todo, Franklin dice que no tendrá problemas si el próximo año vuelve a ser el elegido para interpretar a Jesús.

A su vez, Augusto Martínez, adelanta que están preparando un reencuentro con todos los actores que han tenido dicho papel en el grupo. Algo, sin duda, a la altura de la celebración por sus 30 años.

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