Javier R. R. se despidió de su familia con la voz quebrada y un pasaje en la mano. Iba rumbo a Trujillo (La Libertad), donde podría iniciar su quimioterapia. Había esperado casi dos meses desde que recibió su diagnóstico de cáncer gástrico en el Hospital Las Mercedes, en Chiclayo (Lambayeque). Allí, le explicaron que el tratamiento no podía iniciarse porque no había dónde hacerlo.
Su historia no es aislada. Cada día, al menos seis pacientes como él son derivados del Hospital Las Mercedes al Hospital Regional Lambayeque (HRL), al Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas (IREN) Norte en Trujillo, o incluso a Lima, al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN).
UNA SOLUCIÓN ESTANCADA. El centro hospitalario, uno de los más antiguos del norte del país, no cuenta con un servicio de quimioterapia. Y lo más preocupante: no parece que eso vaya a cambiar pronto.
Desde hace meses atrás, el Departamento de Oncología del hospital ha intentado impulsar una solución: reactivar el servicio mediante el alquiler de ambientes en una clínica especializada. El proyecto, elaborado con Términos de Referencia (TDR), contempla consultorios, una unidad de mezclas y un área ambulatoria de aplicación de quimioterapia. Sin embargo, el documento sigue en evaluación en las oficinas de Logística y Planeamiento, sin un presupuesto asignado.
“No contamos con ambientes adecuados. Hemos planteado la tercerización porque es una salida viable. Pero los constantes cambios de dirección han hecho que el trámite se reinicie una y otra vez. Llevamos años esperando”, explica el doctor Marco Calderón, jefe del Departamento de Oncología.
En ese período, el hospital ha logrado sumar tres oncólogos clínicos, reforzando un equipo profesional que, paradójicamente, no puede brindar uno de los tratamientos clave para los pacientes oncológicos. Se interviene en cirugías complejas —cáncer de mama, cuello uterino, colon, estómago, hígado—, pero no se puede aplicar quimioterapia, una de las herramientas más efectivas para combatir la enfermedad en etapas tempranas.
Una torre que nunca llegó. El año 2025 debía marcar un punto de quiebre: la culminación de la torre oncológica, prevista en el marco de la reconstrucción del Hospital Las Mercedes. Pero el proyecto fue recortado, y el componente oncológico quedó en pausa. Hoy, el hospital sigue sin infraestructura, sin presupuesto y sin un horizonte claro.
“El objetivo es que, una vez que se diagnostique el cáncer, el tratamiento inicie cuanto antes. Pero estamos obligados a referir a los pacientes. Eso, en muchos casos, significa perder tiempo valioso”, afirma Calderón.
Mientras tanto, los consultorios externos de oncología clínica, cirugía oncológica, ginecología oncológica, mastología, medicina paliativa y consejería siguen operando a diario. Pero sin el componente de quimioterapia, el tratamiento está incompleto.
Este diario buscó la versión del director de Las Mercedes, Plinio Muro Solano, quien no pudo declarar sobre este tema debido a una reunión de trabajo.
Al caso de Javier se suma el de Rosa C. V., una mujer de más de 50 años con cáncer de mama, quien fue derivada al HRL tras una detección temprana del mal.
“Menos mal soy de Chiclayo, pero hay personas que vienen de Chota o Bagua, y se les complica ir a Trujillo o Lima”, sostuvo la paciente.
Voceros del Cuerpo Médico de Las Mercedes anunciaron que han propuesto al director que se incluya la torre oncológica con sus componentes en el nuevo hospital.
“El gobernador (Jorge Pérez) y el director tienen la buena intención de llevar al exterior el servicio de quimioterapia, pero se debe definir el presupuesto. Se espera que el nuevo nosocomio tenga la torre”, dijo Calderón.
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