El ‘vacunagate’ es el peor golpe para los peruanos que sufren las consecuencias de la pandemia por Covid-19.
El ‘vacunagate’ es el peor golpe para los peruanos que sufren las consecuencias de la pandemia por Covid-19.

Tremendos. La lista de quienes se vacunaron en secreto desde hacía meses y semanas con dosis de Sinopharm que llegaron por Aduana fuera del Ensayo Clínico Fase III a cargo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, no deja de causar indignación entre la opinión pública.

Hace poco el expresidente Martín Vizcarra admitió que además de él, su esposa, Maribel Díaz y su hermano, César Vizcarra también fueron beneficiados con la inmunización frente al Covid-19.

Ante la presión ciudadana, el gobierno de Francisco Sagasti hizo pública, ayer a la medianoche, documentación donde se muestra que 487 personas tuvieron acceso a las dosis del laboratorio chino, entre los meses de setiembre y febrero.


El candidato

Uno de los nombres que llamó la atención fue el de Alejandro Aguinaga Recuenco, actual candidato al Congreso de la República por el partido Fuerza Popular en Lambayeque. Según el registro, el también exministro de Salud pidió que se vacune a su esposa, Fabián Weber de Aguinaga. Ambos accedieron a las dosis antes de que la vacuna fuera autorizada en el país.

Aguinaga, conocido por ser médico de cabecera de Alberto Fujimori, justificó que tanto él como su pareja recibieran la protección, pues forman parte de la población vulnerable.

Aseguró haber trabajado en calidad de “consultor del equipo de investigaciones” para la UPCH, debido a lo cual tuvo la suerte de ser inoculado; sin embargo, ante la avalancha de críticas señaló que lamentaba estar envuelto en esta situación.

Pero el escándalo no se detuvo ahí, así que ayer al mediodía, Keiko Fujimori, la candidata de la ‘mano dura’, publicó en su cuenta de twitter que Fuerza Popular verificará los hechos que involucran a Aguinaga para dar a conocer una decisión final.


Privilegios

Si ya resultaba inaceptable que la exministra de Salud, Pilar Mazzetti, haya sido vacunada antes que los médicos y enfermeras que vienen batallando en la primera línea para controlar la pandemia por COVID-19; se conoció que 10 funcionarios de la alta dirección del Ministerio de Salud (Minsa) fueron inoculados. Ellos forman parte del grupo de privilegiados donde también están los exviceministros de Salud, Víctor Bocángel y Luis Suárez; sobre este último la información advierte que hizo vacunar a sus familiares y personal cercano.

Otra que admitió haber recibido la vacuna de Sinopharm fue la exministra Patricia García. Dijo que lo hizo como “personal ligado a los estudios clínicos” del laboratorio chino y como “consultante en salud pública”.

El terremoto de este escándalo alcanzó a la Cancillería; primero fue la exministra, Elizabeth Astete quien renunció el domingo por la noche luego de reconocer que recibió la última dosis el 06 de febrero, un día antes de que llegara el primer cargamento de vacunas chinas.

Hasta el momento, se ha identificado a seis funcionarios de la cartera de Relaciones Exteriores que fueron inmunizados y junto a ellos sus familiares.

En la lista de vacunados a escondidas aparecen los mandamás de la Dirección Ejecutiva de la DIGEMID; la exjefa del gabinete de asesores del ministerio de Economía, Cecilia Blume; el vicedecano del Colegio Médico, Ciro Maguiña; el rector de la UPCH, Luis Varela y dos de sus vicerrectores; y el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Orestes Cachay junto a un vicerrector.

Este proceso irregular de vacunación benefició a varios jóvenes, incluidos estudiantes de Medicina, y a empresarios; tales como Karla Gianolli, gerente de Suiza Lab; Christopher Wiegering, gerente comercial de Suiza Lab, y Eduardo Santa María Rizo Patrón, gerente de Agroindustrias AIB SA

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