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La carrera electoral, tanto por la presidencia de la República, como por los nuevos parlamentarios de la patria ha comenzado a sentirse en la semana que se va en la región 

ARRANQUE. El lunes, los tumaneños se enteraban que en breve la auditoría ordenada por el Poder Judicial destaparía, al parecer, un nuevo escándalo financiero.

Se trata de una deuda de más de 11 millones de soles, la cual sería “fantasma”, pero que intentarían cobrarla sí o sí en la azucarera Tumán.

Pero como el caso de la azucarera es un verdadero fierro caliente, al día siguiente -martes-, salió otra resolución judicial, la cual, de una u otra forma le allana el camino al Grupo Oviedo para que pida su regreso a la administración judicial.

Ese mismo día, la tragedia enlutó a dos familias de la región, luego que en J. L. Ortiz se hallara a un mototaxista muerto con disparos de bala en la cabeza. Horas más tarde, en el sector conocido como “La Cachina”, cerca al Mercado Modelo, un comerciante de la zona fue asesinado de dos puñaladas.

El miércoles los funcionarios del Gobierno Regional de Lambayeque eran la comidilla del día, tras conocerse que contrataron a una empresa para la supervisión en la obra carretera Pampagrande- Saltur, la cual solo requería 3 meses de trabajo, pero pagaron 600 mil soles, como si hubiera trabajado 6 meses.

El jueves la campaña electoral comenzaba a crecer como la espuma y los representantes de los principales partidos políticos de las región empezaban a soltar nombres de sus posibles precandidatos al Congreso.

El viernes, la Fiscalía Anticorrupción inicia investigación preliminar contra el alcalde chiclayano, David Cornejo y otros funcionarios, además del prófugo contratista de Beto Torres, Julio Otiniano Plasencia, a quien la actual gestión edil le pagó, en tiempo récord, más de un millón de soles por una conciliación, noticia que fue puesta al descubierto por Correo.

El sábado, el gobernador regional y cabeza de APP en Lambayeque, Humberto Acuña se enfrascó en una “guerra” verbal con el congresista aprista, Javier Velásquez.

Todo se propició luego que el apepista dijera que Alan García hace “sicariato político”; en respuesta, Velásquez tildó de “gestión montesinista” al ejercicio de Humberto Acuña.

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