Burlan a las autoridades ingresando por el desierto de Mórrope en horas de la madrugada y dejan toneladas de peces muertos en la playa.
Burlan a las autoridades ingresando por el desierto de Mórrope en horas de la madrugada y dejan toneladas de peces muertos en la playa.

La pesca por arrastre está prohibida en el Perú según la Ley N° 25977, sin embargo no es respetada en el distrito de San José, donde decenas de pescadores inescrupulosos utilizan este método ilegal para extraer especies marinas de manera indiscriminada.

Son un promedio de 25 embarcaciones las que han sido vistas en el litoral lambayecano arrastrando con redes todo lo que encuentran a su paso, para luego escoger únicamente lo que pueden vender y botar lo que no les sirve.

Esta transgresión descarada a la norma quedó al descubierto al hacerse viral en redes sociales un video difundido por el pescador deportivo, Ernesto Robles Montenegro, quien mostró imágenes de miles de peces muertos en la orilla de la playa, arrojados por estos grupos conocidos como “chinchorreros”.

“Lo que hacen es pesca indiscriminada, sin respeto a las especies que deberían tener su normal crecimiento. Arrastran redes buscando especies que les representan más ingreso económico como la chula, chita, lorna, pampanitos, rayas. Y si no tienen tamaño para que se pueda comercializar las dejan tiradas, porque no tienen esa delicadeza de devolverlas al mar”, manifestó.

Robles Montenegro precisó que es testigo - desde hace años junto a su padre y amigos con quienes practica la pesca deportiva - del daño al ecosistema marino que causan los “chinchorreros” a vista y paciencia de las autoridades que no hacen nada para detenerlos.

“Lo han hecho tan constante que ellos han ideado una forma cómo evadir la responsabilidad, pues si ven que hay policías en la caleta San José o en la entrada de la Capitanía, ingresan por otro lado. En el desierto de Mórrope hay hasta tres entradas, por donde ingresan y salen a la hora que quieren. Incluso, saben manejar las mareas del mar, ingresan en momentos en que la marea está en la baja mar”, precisó.

El pescador deportivo sostuvo que se trata de una “práctica delincuencial” por parte de los “chinchorreros”, pues siempre intentan “borrar evidencias” arrojando los peces pequeños, delfines y tortugas muertas detrás de las dunas, con la intención de no ser vistas por los visitantes que llegan en vehículos.

“Es tanta la cantidad de peces que dejan, que cientos de pelícanos y gaviotas no se abastecen, se van satisfechas y los peces siguen ahí pudriéndose. Incluso, han puesto una caseta de hielo provisional en Mórrope para que ellos puedan mantener su pescado y sacarlo por la vía Panamericana para llegar al terminal de Santa Rosa, o sea es toda una práctica ilegal”, indicó.

Ante las evidencias, Robles Montenegro pidió la intervención de la Gerencia Regional de Producción, del Ministerio Público y el Poder Judicial para hacer respetar la norma y sancionar a estos individuos que hacen “un daño tan depredador como un desastre de derrame de petróleo”.

“Al disminuir las especies pequeñas van a generar un desequilibrio en la producción y en el tamaño de la biomasa. Con mis amigos vamos a formar una Asociación de Pescadores Deportivos para defender nuestro litoral, no podemos ser indiferentes”, acotó.

Dirigente de pescadores artesanales se lamenta

Sobre el particular, el dirigente de pescadores artesanales de San José, Pablo Galán, se abstuvo a declarar sobre el tema, pues no se ha determinado si son “chinchorreros” o bolicheras las que arrojaron el pescado.

No obstante reconoció que dicha práctica es ilegal. “Nosotros mismos nos lamentamos, tanta gente pobre, más que todo eso perjudica porque están matando las crías, hay diferentes tipo de peces regados, muertos que se pudren y contamina el medio ambiente”, dijo.

Gerente de Desarrollo Productivo revela que son 80 grupos de “chinchorreros”

Al respecto, la gerente de Desarrollo Productivo, Patricia Ocampo, reveló que en realidad son más de 80 grupos de “chinchorreros” los que realizan esta actividad ilegal en la playa Lobos de Afuera, al norte de San José.

Precisó que ha solicitado el apoyo de diferentes instituciones para realizar operativos, pues estos individuos se muestran agresivos cuando son intervenidos.

“Solo contamos con una unidad móvil y dos fiscalizadores y estos grupos reaccionan de manera violenta, por eso las intervenciones deben ser en conjunto. Yo recibo diariamente llamados que inclusive van de madrugada, en la noche, a diferentes horas”, acotó.

La funcionaria aseguró que no permitirán que los “chinchorreros” continúen atentando contra el ecosistema del litoral lambayecano.

“Es una catástrofe a futuro porque al extraer peces que no tienen las tallas mínimas están generando una depredación tan grande que probablemente va haber escasez de este producto hidrobiológico. Por eso, hemos planteado el uso de drones que nos permitan hacer un barrido rápido, inclusive persecución por vía aérea e identificar por dónde entran y por dónde salen”, aseveró.