Escribe: Carlos Vásquez Romero
Lambayeque cuenta con 27.000 hectáreas disponibles para el desarrollo de la maricultura en la Ensenada de Cherrepe, en el distrito de Lagunas, un potencial que podría diversificar la economía local y mejorar los ingresos de decenas de pescadores artesanales.
Sin embargo, los gremios del sector denuncian una falta de voluntad política por parte del Gobierno Regional de Lambayeque, a cargo de Jorge Pérez, que hasta ahora no ha atendido sus solicitudes de apoyo ni ha concretado los compromisos asumidos.
¿INTERÉS?. La Asociación de Maricultores San Pablo, del distrito de San José, viene impulsando desde hace años iniciativas para cultivar macroalgas (yuyo) y agropecten purpuratus (concha de abanico) en esta zona del litoral, aprovechando las condiciones naturales de las praderas marinas y promoviendo una acuicultura sostenible y responsable. Pero sus esfuerzos se ven frustrados ante la ausencia de financiamiento y asistencia técnica.
Jesús Pablo Galán Samillán, representante del gremio, recuerda que el actual gobernador regional, Jorge Pérez, se comprometió en 2024 a respaldar la maricultura. “Se necesita que el Gobierno Regional y los gobiernos locales tomen la iniciativa. El señor gobernador ofreció apoyo, pero no hemos visto acciones concretas. Se podrían cultivar conchas de abanico traídas de la isla Lobos de Tierra y también yuyo. El mar está listo, pero las autoridades no”, sostiene.
El 9 de octubre de 2024, los maricultores enviaron un oficio formal al gobernador y al entonces gerente general Ranjiro Nakano, solicitando financiamiento para proyectos productivos. Posteriormente, el 3 de marzo de 2025, remitieron otro documento a la gerente de Producción, Medalit Montoya Cueva, pidiendo apoyo para realizar un curso de buceo acuícola (BUAC), requisito indispensable para que los trabajadores del sector puedan operar legalmente como buzos maricultores.
“La maricultura sin buzos no es posible. El 14 de septiembre, cuando nos encontramos con el gobernador regional en el aeropuerto, nos saludamos y me dijo: ‘Hermano, yo me saco la aguja y hago la maricultura’”, recordó Jesús Pablo. Pese a la anécdota, el respaldo sigue siendo nulo.
Cabe indicar que entre 80 y 120 pescadores de la asociación muestran interés en la maricultura, una alternativa a la pesca tradicional.
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