Cientos de familias de la urbanización San Juan y efectivos policiales del Escuadrón de Emergencia se han visto afectados por los pavimentos en mal estado.
Los moradores han emitido reiteradas solicitudes a la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh) para que realicen la renovación de las pistas; sin embargo han hecho caso omiso a sus petitorios.
“La municipalidad no hace nada para arreglar este problema que claramente nos afecta a todos. El polvo que emanan los pavimentos rotos es increíble y ya ha causado enfermedades respiratorias en varios vecinos”, declaró la moradora Dilma Bazán.
Agregó que en época de lluvia, el agua se empoza en los huecos y tienen que hacer gastos innecesarios para succionarlas.
“En marzo todas las calles estaban llenas de agua. También en las calles colindantes como Alcalá colapsaron los desagües y los vecinos tuvieron que denunciar públicamente para que la municipalidad haga algo”, enfatizó.
Esta problemática también afecta a los policías de la mencionada comisaría; quienes, ante cualquier emergencia, están obligados a transitar por las pistas rotas.
“Ni porque la comisaría está aquí, la municipalidad hace algo. Este problema está siendo arrastrado de gestión en gestión y nadie lo atiende”, declaró Daniel Chunga, agente municipal de la urbanización San Juan.
Precisó que para efectuar trabajos en la zona, la comuna debe exigir a la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (Epsel) la inspección de redes de agua y desagüe; puesto que las tuberías tienen más de 50 años de antigüedad.
“Hace algún tiempo la municipalidad sí accionó en la urbanización, pero la empresa a cargo del proyecto hizo mal los trabajos y tuvo que intervenir Epsel. Ahora quedó pendiente verificar el sistema de alcantarillado en varias calles, pero su labor (de la municipalidad) es presionar para que se lleve a cabo el proyecto”, sostuvo.
Indicó que en la gestión del exalcalde Marcos Gasco, se invirtió innecesariamente en el mejoramiento de veredas, que -según dice- se encontraban en buen estado.
Asimismo, señaló que ese presupuesto debió ser utilizado para renovar los pavimentos dañados y atender las principales necesidades de los moradores.
“Gasco hizo las veredas solo para quedar bien. Ahora solo nos queda llegar hasta las últimas instancias para que esta situación no nos siga perjudicando”, narró.
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Alrededor de diez negocios de la zona también se han visto afectados por este problema. Los dueños afirmaron que sus ventas se han reducido en 20%, debido a que los usuarios evitan circular por las calles llenas de polvo.
“Tenemos que salir a barrer todos los días por obligación. y para no perder a nuestros clientes. ¿Hasta cuándo debemos esperar una respuesta de las autoridades?”, dijo Homero Zuloeta Guerrero, negociante de la zona.
Correo recorrió la avenida Quiñones; donde transitan conductores de Ferreñafe, Picsi, Chongoyape, Pátapo y también se evidenció la precariedad de los pavimentos.
Debido a ello, muchos vehículos han registrado averías y los transportistas hacen un gasto adicional para arreglar sus unidades de trabajo.
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