Este año, los cementerios no pudieron recibir a miles de ciudadanos que, con sus flores y variadas ofrendas, solían rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos.
Este año, los cementerios no pudieron recibir a miles de ciudadanos que, con sus flores y variadas ofrendas, solían rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos.

El Día de Todos los Santos, una fecha especial para los creyentes peruanos, se tuvo que celebrar de una manera diferente por la pandemia del coronavirus.

Este año, los cementerios no pudieron recibir a miles de ciudadanos que, con sus flores y variadas ofrendas, solían rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos.

Las aglomeraciones en el transporte público, como buses y trenes, así como en los exteriores e interiores de dichos establecimientos, hubieran sido un escenario perfecto para la COVID-19.

NADIE ENTRA

Por ello, el Gobierno dispuso que los cementerios permanecieran cerrados tanto ayer como hoy, y las autoridades colocaron a policías, militares y serenos para que se cumplan esta medida.

El Presbítero Maestro, El Ángel, Mártires 19 de Julio, entre otros camposantos, cerraron sus puertas. Los dos primeros seguirán así hasta que se acabe el estado de emergencia en el país.

De igual manera, el cementerio Virgen de Lourdes, de Nueva Esperanza, el más extenso y concurrido, se mostró desolado, pero con una gran presencia de agentes del orden por sus múltiples ingresos y los cerros.

VIRTUALIDAD

Sin embargo, las familias pudieron recordar a sus fallecidos a través de misas virtuales.

En el Presbítero Maestro, por ejemplo, el obispo auxiliar de Lima, monseñor Guillermo Elías, presidió una misa para recordar a los difuntos.

“Queremos pedirle al Señor el eterno descanso de todos los que en el Perú han trascendido, especialmente las víctimas del COVID-19”, manifestó Elías.

Hasta el momento, en el país se han registrado 34 mil 529 ciudadanos que han fallecido por el coronavirus.

Del mismo modo, en diferentes transmisiones en vivo de parroquias e iglesias, los peruanos pudieron pedir por sus familiares, parientes y amigos que han partido.