Diez comunidades nativas de la Reserva Comunal Amarakaeri, en la región Madre de Dios, mostraron su preocupación y alertaron sobre la promoción e implementación sistemática de actividades extractivas de gas en Áreas Naturales Protegidas, así como en zonas donde habitan pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial (PIACI).

A través del ECA Amarakaeri, organización indígena que los representa, las comunidades de Puerto Luz, San José de Karene, Shintuya, Barranco Chico, Boca Isiriwe, Puerto Azul Mberowe, Masenawa y Queros (de la etnia harakbut); Diamante, de la etnia yine; y Shipetiari, de la etnia matsiguenka, alertaron de esta situación.

Si se lleva a cabo este proyecto, los derechos de estas poblaciones que habitan en más de 400 mil hectáreas, y que alberga a 1690 habitantes, podrían verse gravemente afectados.

El presidente de ECA Amarakaeri, Walter Quertehuari, explicó que el lote 76 del proyecto gasífero se encuentra en la Reserva Comunal Amarakaeri. “El lote 76 está dentro de la Reserva Comunal Amarakaeri, que es un área natural protegida. Entonces, de llegar a desarrollarse, aparte de romper varias estructuras sociales, de todas formas se incrementarían los problemas frente a la biodiversidad y también de las poblaciones por lo que se podrían afectar 53 cuencas y microcuencas que nacen de la reserva”, aseguró.

Alto riesgo para los PIACI

Quertehuari advirtió también que los PIACI están bajo alto riesgo ya que también se está promoviendo la explotación de otros 2 lotes de hidrocarburos dentro de sus territorios. “Estos lotes están dentro del territorio para indígenas en aislamiento voluntario. En cuanto desarrollen, o hagan empresas que están interesadas en actividades hidrocarburíferas, van a generar hasta un genocidio para nuestros hermanos indígenas”, aseguró.

Desafíos frente a la carretera de 96 km

Asimismo, el dirigente aseveró que también se está impulsando la construcción de una carretera de 96 km, cuya ampliación entre los tramos Boca Manu y Boca Colorado, en la provincia del Manu, podría afectar a cuatro comunidades nativas y a áreas protegidas como la Reserva Comunal Amarakaeri, la Reserva Territorial Madre de Dios y al mismo Parque Nacional del Manu.

“Nosotros no estamos en contra de la carretera, ni del desarrollo, sino que decimos que sí se puede hacer carretera y otros con planificación y con participación de los pueblos indígenas. El tema es que primero tiene que haber seguridad jurídica. Los territorios tienen que estar asegurados de las invasiones”, afirmó.

Consideró que con la construcción de la carretera, las comunidades nativas necesitan promover actividades económicas tecnificadas. “Porque lo que está sucediendo no solo en una comunidad indígena, sino en todos los sectores, es el uso de herbicidas en la agricultura, que más adelante afectará a nuestra tierra y no va a servir”, explicó.

La gran necesidad de agua potable

Por último, sostuvo que, actualmente, las comunidades nativas tienen mucha necesidad por agua potable. “Hay solo una comunidad nativa que tiene agua potable. Y eso también lo hizo por el apoyo de una ONG, remarcó el presidente de la organización indígena que cumple un rol fundamental para la protección de los bosques, ríos y cultura viva de sus 10 comunidades nativas.

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