En el corazón del penal de Mujeres de Chorrillos, un proyecto de moda sostenible está cambiando vidas y transformando residuos en oportunidades. Desde el año 2020, la marca peruana Metamorfosis, fundada por la diseñadora Melina Salazar, trabaja junto a internas del establecimiento penitenciario en la recuperación y rediseño de ropa que perdió su valor comercial, bajo un modelo de economía circular y reinserción social.
La iniciativa consiste en capacitar a las internas en técnicas de costura y rediseño, utilizando mermas textiles y sobrantes industriales que, de otro modo, terminarían en vertederos. El resultado son prendas únicas cargadas de simbolismo, elaboradas con precisión y creatividad, y con un impacto positivo tanto en el ambiente como en la vida de sus creadoras.

“No solo restauramos ropa; ayudamos a restaurar autoestima y confianza”, afirma Salazar, quien señala que cada prenda representa no solo una oportunidad de reinvención para las telas, sino también para las mujeres que las confeccionan. La experiencia ha permitido que más de 40 internas sean capacitadas, y que 10 de ellas continúen insertas en el mercado laboral tras recuperar su libertad.
Hasta la fecha, el proyecto ha recuperado más de 800 kilos de ropa en desuso, evitando que estos residuos textiles contaminen el ambiente. La colección resultante se comercializa bajo la marca Metamorfosis, y gracias al apoyo del programa Perú Pasión de Intercorp Retail, las prendas han llegado a tiendas por departamento como Oechsle, acercando la moda ética al consumidor peruano.

Este emprendimiento social, que comenzó como un piloto en plena pandemia, es hoy un ejemplo de cómo la moda puede ser una herramienta de cambio social y ambiental. La propuesta de Metamorfosis demuestra que es posible unir sostenibilidad, inclusión y diseño en una misma prenda.