En diálogo con Correo, el especialista hace un acercamiento a las medidas que debe tomar el reemplazante de Dina Boluarte para lograr un impacto real contra la inseguridad.
Hay un nuevo presidente. ¿Cuál es el primer paso que debe dar para enfrentar la criminalidad?
Comprometerse con el problema social que es la inseguridad, el crimen violento al cual no se le está dedicando la importancia del caso para combatirlo.
¿Qué medidas se debe tomar?
Medidas muy severas, pero el asunto no va netamente por la Policía ni el Ministerio del Interior. Su función es gravitante, lógicamente, pero también hay un compromiso que lo estamos dejando de lado y es el más importante, que es el del Poder Judicial y el Ministerio Público. También tiene que ver con el Ministerio de Justicia, y el INPE (Instituto Nacional Penitenciario). ¿De qué nos sirve dar leyes si no podemos ejecutar el cumplimiento de las penas o si estas se cumplen en cárceles doradas? El presidente tiene que ver este problema, que es transversal.
¿Los operadores de justicia actúan con idoneidad contra este flagelo?
No. No veo competencia ni compromiso. Los operadores de justicia tienen que renunciar en principio a cualquier vestidura política. Deben quitarse la chaqueta del partido o de la ideología política que tengan.
El aún premier Eduardo Arana anunció la creación de un grupo para combatir la extorsión y delitos anexos. ¿Se debe continuar con esto?
Ya estamos cansados de grupos dentro de la organización policial, con el respeto que se merecen. Hay que organizar a la Policía, darle leyes que la apoyen. Tenemos que empoderarla, pero con grupos no se empodera una institución.
¿Cómo debería organizar este Gobierno a la Policía para que sea más efectiva?
Hay dos policías que debemos reforzar. La policía preventiva, que es la que está olvidada, y la Policía de investigaciones, a la que se le debe aumentar la inteligencia, tecnología e información. Y esto tiene que hacerse con planes estratégicos donde todos los policías estén comprometidos, junto con todos los fiscales y jueces a nivel nacional.
¿Cuáles serían las acciones inmediatas?
Reforzar las unidades que tienen que ver con la investigación de este tipo de delitos, pero a nivel nacional, porque el delincuente migra. Esto no se va a ver de la noche a la mañana. ¿Dónde está la policía preventiva? No hay. Entonces, los delincuentes caminan con armamento, como les da la gana. Tenemos que actuar para evitar que el delito se cometa. No después que se ha cometido.
¿Por qué se ha desbordado la criminalidad?
No hay ningún control. No hay control migratorio y tampoco una policía preventiva. Esa policía preventiva tiene que tener la fortaleza legal para sus intervenciones. La Policía tiene que tomar las calles. ¿Qué se hace ahora? ¿Revisamos maleteras? No. Revisamos bajo los asientos. No. Revisamos el cuerpo las personas si portan un arma. No. Entonces, ¿Cómo vamos a prevenir? Debemos darle tranquilidad a la población.
Esa Policía preventiva ¿debe ser canalizada en un grupo especial o extenderse a todo el cuerpo?
A toda la Policía, a los más de 140 mil policías a nivel nacional. El 70% tiene que ser Policía preventiva y el 30%, Policía de investigación. Esa Policía preventiva se encargaría de los operativos. Debe ser impulsada desde las comisarías, pero éstas están olvidadas.
De otro lado, la corrupción dentro de la Policía también es un flagelo a considerar…
Yo sé que hay malos elementos en la Policía. Hay que identificarlos y meterlos a la cárcel. Hay que trabajar para mirar a la Policía como esa pared de defensa de la sociedad.
Transportistas habían deslizado que había malos efectivos que filtraban datos a favor de extorsionadores…
Yo no creo que se trate de un sistema dentro de la Policía. Puede haber algún desadaptado que postula con intenciones torcidas, como en la época del terrorismo. Nosotros hemos tenido gente que infiltraba a los terroristas, hasta que los detectaban. Creo que ese 1 o 2% de los agentes no puede malograr la imagen de una institución encargada de proteger a la ciudadanía. Hay que motivar a la Policía y exigirle resultados, pero también exigirle al Ministerio Público y al Poder Judicial.
Luis Montoya
- Teniente general en situación de retiro
- Ocupó el cargo de director general de la Policía Nacional del Perú entre 2005 y 2006.
- Se desempeña como consultor en Seguridad y Lucha contra la corrupción. Se formó en la Escuela de Oficiales de la Guardia Civil.