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Arteras barridas y permanentes jaloneos forman parte de una escena habitual en reñidos choques de fulbito.

Institucionalizado desde hace ocho décadas, el campeonato callejero de fulbito que se realiza en las pistas del jirón Parinacochas, en el distrito limeño de La Victoria, atrae cada mes de mayo a más aficionados para espectar un evento elevado casi a la categoría de patrimonio cultural urbano.

En la organización del Mundialito de El Porvenir mandan las reglas de la calle, una verdadera prueba de fuego para aquel joven que aspira a convertirse en policía o sereno municipal. Poner orden dentro o fuera de la cancha de asfalto es un desafío.

Sentarse en las tribunas cuesta entre S/50 y S/70, aunque hay palcos exclusivos para los asistentes que quieren ver los partidos en grupos de familia o amigos, cuyos precios oscilan entre S/1500 y S/2000. Alrededor del certamen se produce un interesante movimiento económico que las familias de este barrio victoriano esperan cada año con enorme expectativa.

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