La tumba de Jairo Espinoza Huamaní, joven hincha de Alianza Lima asesinado el último 10 de julio mientras trabajaba como mototaxista, fue profanada en el cementerio Nueva Esperanza, en Villa María del Triunfo.
Según la denuncia de sus familiares, vándalos destruyeron el nicho y se llevaron la camiseta del club con la que había sido enterrado.
La familia fue alertada del hecho poco después de haberle dado sepultura; al llegar, encontraron el ataúd roto y el cuerpo expuesto.
La madre del fallecido relató con indignación que los responsables se llevaron la prenda simbólica del equipo de sus amores de Jairo.
Familiares indicaron en América Tv que los presuntos autores del crimen serían barristas del Club Universitario de Deportes, según las informaciones preliminares.
Jairo, padre de un bebé de dos meses y exintegrante del Ejército, es recordado por su familia como un hombre trabajador y apasionado por el fútbol.
Sus familiares exigen justicia tanto por su asesinato como por el indignante acto cometido tras su muerte.
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