Especialista afirmó que los objetivos de la nueva norma no están claros y que los dispositivos electrónicos pueden ser aliados en la enseñanza.
Especialista afirmó que los objetivos de la nueva norma no están claros y que los dispositivos electrónicos pueden ser aliados en la enseñanza.

En diálogo con Correo, el exministro de Educación y psicólogo social Ricardo Cuenca dio sus alcances sobre la ley que restringe el uso de celulares en las escuelas para mejora la atención y del rendimiento escolar y asegura no tiene ningún sustento pedagógico sino que busca restringir el acceso a la información de los alumnos.

El Congreso dio la Ley Nº 32385 que regula el uso de celulares en las escuelas. ¿Qué opinión le merece?

La ley aprobada dice que lo que se quiere evitar es la exposición de los estudiantes al internet, el ciberbullying, la salud mental. Ese es el discurso que los movimientos conservadores han incorporado en la discusión sobre la provisión de los celulares.

¿A qué apunta esta ley?

No tiene que ver con la discusión sobre su pertinencia pedagógica, sino sobre la restricción para obtener información.

Si bien la restricción de celulares apunta a garantizar el bienestar de los alumnos, estos pueden acceder a ellos en cualquier momento…

Esta es una medida incorrecta, muy fantasiosa porque el acceso a la información no se restringe al uso de un celular en la escuela. Salen de la escuela y van a consumir lo que quieran. Esta ley no tiene un principio pedagógico detrás, lo que tiene es esto: el desarrollo de una agenda moral conservadora.

¿Qué porcentaje de la población escolar tiene la posibilidad de llevar un celular a la escuela?

La penetración de los celulares cada vez es mayor. Pero habría que tener claro que no solo tener el celular, sino tener el acceso a internet. Cada vez que ha entrado el sistema educativo un nuevo medio, siempre ha generado mucho temor.

En el lado pedagógico, ¿hay algún inconveniente real para prohibir celulares en la escuela?

Ninguno, porque los dispositivos celulares son los mismos que las computadoras, son los mismos que los libros, cuadernos de texto. Es decir, son un conjunto de medios que sí tienen una intencionalidad pedagógica.

¿Con qué motivos se publica, entonces?

Va a impedir el desarrollo de una agenda sobre temas vinculados a la sexualidad, que no quieren que sean que sean expuestos en los estudiantes. Este es el fondo, digamos. Cuando uno revisa la ley, no hay ningún elemento claramente pedagógico, ninguno.

¿De qué modo se puede reglamentar una ley diseñada de este modo?

Tienen dos opciones. Una, tratar de ser muy creativos para poder encontrar alguna veta pedagógica en el asunto. Y lo segundo, no hacer nada con esto mientras pase el tiempo. Cualquiera de las opciones está latente porque, tal cual está la ley, tiene poco filo pedagógico que reglamentar.

¿Cómo podría ser aplicada la ley para que sea beneficiosa?

Si el reglamento logra incorporar los teléfonos celulares como un medio con fines pedagógicos, claramente podría sacarle el filo pedagógico a la ley, ese filo que no tiene. Insisto, sí tiene intencionalidad pedagógica, pero nuevamente aquí el tema del moralismo es el que está primando.

Y prima en varios aspectos…

Sí, y considerando cómo viene, además, el Ejecutivo. La presidenta, hace no muy poco, dijo que no estaba de acuerdo con el enfoque de género.

¿Cómo ve la labor Morgan Quero en el Ministerio de Educación?

Las expresiones del ministro muy pocas veces tienen que ver con políticas o prácticas educativas. Tienen que ver con cosas generales, entre ellas, la defensa de la presidenta. Entonces, mal haría yo en decirte cómo va su gestión porque no sabemos. En casos anteriores, los colegas planteaban una nueva ley de reforma magisterial, una ley universitaria, un cambio curricular, una nueva forma de capacitación de maestros, nuevas políticas para la educación rural, no sé, algunos temas propiamente educativos, pero sobre eso tenemos muy poca información ahora. Capaz están haciendo cosas fantásticas, pero la verdad es que no lo sabemos.

Ricardo Cuenca

Exministro de Educación. Es investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos y profesor principal del departamento de educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue ministro durante la gestión de Francisco Sagasti.