Choferes de la Línea D y otras empresas aseguran que no pueden parar sus labores, pese al temor por ataques y el alto costo de los cupos que deben pagar a mafias.
Choferes de la Línea D y otras empresas aseguran que no pueden parar sus labores, pese al temor por ataques y el alto costo de los cupos que deben pagar a mafias.

A pesar del clima de violencia e inseguridad que afecta al sector transporte, los conductores de la Línea D, que cubre la ruta San Juan de Miraflores - Miraflores, han decidido continuar operando. Esto ocurre pese al reciente atentado del lunes 21, en el que una unidad fue atacada con piedras y disparos, dejando a una pasajera herida.

Uno de los choferes, que prefirió mantener su identidad en reserva, declaró a Exitosa que su familia le pide que abandone el trabajo, pero no puede hacerlo porque es el sostén económico de su hogar. “Acá la gente vive del día a día. Mi familia se pone a llorar en la casa, pero ¿qué puedo hacer? Tengo que trabajar. Moriré trabajando. Me siento frustrado e indignado con el Gobierno”, expresó con indignación.

El conductor también denunció que los transportistas deben pagar S/15 diarios para operar “con tranquilidad”, aunque según Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de Transporte, hay empresas que deben pagar hasta S/60 mil en varios pagos, sumando más de S/10 millones mensuales en extorsiones a nivel nacional.

Paro convocado no fue acatado

Pese al llamado de paralización del 24 y 25 de julio hecho por diversos gremios del transporte en respuesta a los asesinatos y extorsiones que sufre el sector, la medida no fue acatada en Lima. Según reportes de Exitosa y Canal N, el servicio de transporte se desarrolló con relativa normalidad en distritos como Puente Piedra, donde empresas como El Rápido, Etuchisa y Etusa siguieron operando.

“No sabía que había paro, recién me acabo de enterar. Veo que hay menos carros, antes había bastantes”, comentó una pasajera sorprendida. La mayoría de conductores señalaron que, si bien comparten el miedo, no pueden permitirse dejar de trabajar.

Un sector sin garantías

Los transportistas coinciden en que no reciben la protección debida del Estado, y que la extorsión y la violencia son parte del día a día. “No existe paro para nosotros”, sentenció otro conductor de la Línea D. Las amenazas, amedrentamientos y el cobro de cupos siguen creciendo, mientras los trabajadores deben seguir sus rutas bajo riesgo permanente.