Damnificado VES (Foto: Correo)
Damnificado VES (Foto: Correo)

“Parecía una guerra”, “El estruendo resuena cada cierto tiempo en mi cabeza”, “No puedo dormir en las noches, salto de mi cama y me pongo a gritar”, “Veo a mis vecinos envueltos por el fuego”.

Estos son los relatos de las personas que experimentaron -en carne propia- el horror de aquella mañana del 23 de enero, cuando se produjo una deflagración de gas GLP en la intersección de las avenidas Villa Del Mar y Pastor Sevilla, en

Treintaidós días después de haber sucedido este hecho, el dolor por la pérdida de sus seres queridos, sus viviendas y enseres, viene generando daños emocionales en la salud mental de muchos y afectados.

Reveladoras cifras

Hasta el último domingo, el Ministerio de Salud (Minsa) brindó 4622 atenciones, de los cuales 2719 son en psiquiatría y psicología (2009 en adultos y 710 en menores de edad).

El director de Salud Mental del Minsa, Yuri Cutipé, explicó que los equipos desplegados en la zona vienen atendiendo de “manera focalizada a 21 familias” y brindando soporte emocional general a 71.

Daños

Según el diagnóstico clínico, el daño emocional causado por las muertes de familiares, amigos y vecinos, y la misma experiencia vivida, han provocado “cuadros de estrés postraumático, ansiedad generalizada, trastorno de pánico o cuadros depresivos severos, que pueden tener ideación suicida”.“Estos cuadros empiezan a aparecer a pesar de haber recibido los apoyos necesarios, dado el impacto emocional de la experiencia vivida”, declaró el especialista.

Las 21 familias que han sufrido afectación directa han sido divididas en dos grupos: de 10 y 11, a quienes psicólogos, psiquiatras, enfermeros y trabajadoras sociales asisten según un cronograma.

En tanto, los menores de edad afectados presentan “irritabilidad, trastorno de pánico, fobia y llanto desesperado”.