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Parecía no saber lo que estaba ocurriendo. Su mirada estuvo perdida durante toda la audiencia y la fijaba únicamente en el escritorio del juez. Luego le preguntó a su abogada, Carmen Sosa, por lo que le ocurría a él, pues el magistrado, Luis Alberto Palomino Barranzuela, terminaba de leer su fallo. Allí ordenó que sea recluído por 9 meses en el penal de Pocollay en Tacna, de manera preventiva.

Christian Sosa Colana (33), por un momento tocó la realidad, luego un suboficial PNP le pidió que le siguiera. Colocó sus manos en la espalda como si tuviera esposas, bajó la mirada y caminó de regreso hacia la carceleta del Poder Judicial.

PARRICIDIO. El domingo pasado, este joven asesinó a la mujer que más lo amó -su madre- Nora Victoria Colana Vizcarra (68). La mató salvajemente. Le propinó siete puñaladas, en el cuello, el pecho y el abdomen. Ella murió de shock hipovulémico, desangrada en un almacén del tercer piso de su casa ubicada en la intersección de las calles Cusco con Áncash en el cercado de Moquegua.

Por si fuera poco, intentó darle el mismo final a su progenitor, Juan Francisco Sosa Peñaloza. Él se defendió y tuvo que morderle la mano izquierda, para que suelte el cuchillo y finalmente arrojarlo a la calle, para que no acabe con él.


FAMILIA. Los parientes de Christian Sosa, justificaron el crimen. Dijeron que padece de transtornos mentales.

“Él no es un criminal, está esquizofrénico”, manifestó una familiar que nos pedía no fotografiarlo.

Otros en cambio insultaban a los reporteros que asistimos a la audiencia.

A las 14:30 horas, comenzaron los alegados del Ministerio Público y la Defensa Pública del imputado.

El fiscal, Jeanfranco Pinto Fernández, narró los hechos del crimen. Pidió 9 meses de prisión preventiva y dijo que la prognosis de pena podría ser de 25 años de cárcel.

Pero señaló que la pericia psicológica, arrojó que Sosa Colana, presentaría rasgos de personalidad esquizoide y se recomendaba una pericia psiquiátrica.

Cuando llegó el turno de la defensa técnica, se alegó que su representado es esquizofrénico y por lo tanto es inimputable (no puede ser juzgado). Pidió la comparecencia restringida o que sea internado en un hospital psiquiátrico.

El juez Palomino Barranzuela, después de media hora, emitió su resolución.

Señaló que el imputado reconoció haber libado licor constantemente durante el año pasado y que el asesinato de su madre, se produjo luego que le pidió dinero a su padre y éste no le habría entregado. Además el magistrado señaló que en la declaración, se consigna que Christian Sosa creyó que había un ladrón en la casa y que por eso había atacado a su madre.

“Si sabe qué es lo bueno de lo malo, es imputable”, señaló durante la lectura de su fallo.

Como el caso ocurrió en flagrancia, se debía emitir una sentencia rápida. Sin embargo la Fiscalía como la Defensa, solicitaron que se formalice la investigación y se lleve el caso como un proceso normal, dado que todavía hace falta una pericia psiquiátrica para determinar si el acusado debe ser juzgado o no.

El juez aceptó el pedido.

Mientras tanto, Christian Sosa no sabe qué pasará con él. Sigue perdido en su mundo

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